La vacunación cambia el perfil de los muertos y los ingresados por Covid
El grupo en torno a 70 años aglutina ahora el mayor exceso de mortalidad, y los que requieren hospitalización son, sobre todo, menores de 60 «Esperamos que esta ola no llegue a valores de enero»
n el Hospital Universitario Torrejón apenas han visto ingresar en los últimos dos meses a pacientes con Covid mayores de 80 años. «Es uno de los cambios importantes que vemos. Ya no ingresan tanto, sobre todo los que llegan de las residencias», cuenta la doctora María Cruz Martín, miembro de la junta directiva de la sociedad de intensivistas SEMICYUC y jefe de Medicina Intensiva del hospital. El fenómeno no es exclusivo del centro. Los pacientes de perfil sénior también han caído drásticamente en el Gregorio Marañón de Madrid. «Si antes decíamos que dos terceras partes de nuestros pacientes tenían 80 años, ahora es al revés. Ahora dos terceras partes tienen menos de 60 años», resume Jesús Millán, jefe de Servicio de Medicina Interna del hospital.
La vacunación, que comenzó por las residencias y siguió con los mayores de 80 –el 98% de ellos tienen ya al menos una dosis–, ha convertido al grupo más vulnerable en el más pro
Etegido. Y la estrategia está dando sus frutos. Han empezado a caer los contagios en este grupo poblacional, también, poco a poco, lo hacen las hospitalizaciones y, sobre todo, se ha traducido ya en un descenso de las muertes. Se ve en las cifras. Los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), por ejemplo, muestran que desde marzo, el exceso de mortalidad acumulada este año se concentra mayoritariamente en el grupo de entre 75 y 79 años, superando así al colectivo que la lideró el año pasado, los mayores de 90 años. No obstante, probablemente sea una inversión temporal que solo se mantendrá mientras los septuagenarios sigan sin la protección que ofrece la vacuna.
Algo similar muestra el informe MoMo que elabora el Instituto de Salud Carlos III. Este divide la población en tres franjas de edad: menores de 65 años, personas de entre 65 y 74 y mayores de 74 años. Según el último documento publicado, el grupo de entre 65 y 74 años aglutina desde que comenzó la campaña de vacunación a finales de diciembre el mayor exceso de mortalidad. Sufren un 22% más muer
El grupo de Biología Computacional y Sistemas Complejos de la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC) lleva desde el inicio de la pandemia siguiendo la evolución de la crisis. Ahora que vuelven a crecer los contagios, uno de los integrantes del grupo, el investigador Daniel López Codina, apunta a que prevén que los valores de este nuevo repute no lleguen a valores de la tercera ola, cuando solo en febrero se superaron los 10.000 muertos por Covid. A la vacunación se suman otros factores como un «cambio cultural en los gestores y la población, que es cada vez más consciente», dice López Codina, y también el cambio estacional. «Es importante a nivel de comportamiento. En olas anteriores las actividades eran en interiores. A medida que la primavera va avanzando y va llegando el verano salimos al exterior y esto reduce la capacidad de propagación», apunta. «Por eso esperamos que esta ola, que también crece más lentamente, no llegue a los valores de la anteriores». tes de las que habría sin pandemia. Le sigue, aún por poco, el grupo de mayores de 74 años (21% de exceso de mortalidad).
En cifras absolutas, los más mayores siguen siendo los ciudadanos que más mueren, pero nunca hasta ahora el grupo poblacional más envejecido había registrado menor exceso de mortalidad por la pandemia que otros ciudadanos más jóvenes. Para hacerse una idea, entre marzo y mayo del año pasado, el exceso de mortalidad se concentró, con mucha diferencia, en los mayores de 74 años. Fue un 78% superior a lo normal, mientras que entre las personas de 65 a 74 años fue del 58%. En la segunda mitad del año pa