De lo eterno se ocupa el Rey
El Barcelona, muy superior, se proclama campeón de Copa en Sevilla después de abusar de un triste Athletic con una goleada en la segunda parte
spaña es unos vascos que se piensan que son ingleses y que se hacen llamar Athletic Club, y unos catalanes que dicen que dicen que son más que un club y que apenas les alcanza el dinero para pagar a la ‘minyona’. España es que estos dos equipos odien España, y sus aficiones piten al himno y al Rey, cuando su trofeo por excelencia es el que Su Majestad entrega.
El Barça empezó mandando, fluido, y el Athletic era incapaz de contenerlo. El Barça venía del naufragio contra el Madrid y los de Marcelino de la decepción de haber perdido contra la Real
Ela final de la Copa del año pasado. Monólogo culé, resistencia leonina. España es que los hinchas que más la niegan vibren con las competiciones más españolas y que el Real Madrid sea el rey de la Champions. Si no fuera que el Rey acude a ver sus finales, ¿quién haría caso a los independentistas vascos y catalanes? Es demencial lo que yo he escuchado cantar en las gradas de Anoeta –como antes en Atocha– en favor incluso de ETA. Durante el secuestro de Julio Iglesias Zamora se llegó a corear: «Las armas no son gratis/Julio paga ya». Y tan felices que estuvieron hace unos días cuando Felipe VI les hizo entrega de su ansiado trofeo. ¿Qué otra cosa han ganado en tantos, tantos años? No gritaron «¡Viva el Rey!», porque son unos
Unai Simón De Marcos Yeray (67) Iñigo Martínez Balenziaga Berenguer (54) Unai López (67) Dani García Muniain (46) Raúl García Williams (67)
Lekue (46) Vesga (54) Núñez (67) Yuri (67) Villalibre (67)
GOLES
m.60: Griezmann; Messi; m.72: Messi.
EL ÁRBITRO
García y Yuri. m.63: De Jong; m.68:
Amonestó en el Athletic a Dani hipócritas, pero es tan obvio que lo son, que más que grima da ternura. España camisa blanca de su esperanza.
Koeman veía desde la banda cómo sus jugadores tocaban y tocaban, generaban peligro, encerraban al rival en su área, pero también cómo el equipo, en su conjunto, era demasiado vulnerable en las contras y las jugadas a balón parado. Marcelino, hiperactivo en la banda, no conseguía que sus hombre encontraran el ritmo del partido.
Los que se preguntan para qué sirve un Rey, en noches como la de ayer tuvieron la respuesta: para dar consuelo a los inadaptados que todo lo odian porque no han aprendido a quererse a sí mismos ni saben lo que les hace felices. Don Felipe volvió a hacer de canguro de los exaltados, con catalanes y vascos convocados a la que va a ser su única final de la temporada mientras el Madrid superó el miércoles al Liverpool y todo el mundo piensa que volverá a ganar la Champions.
El Barça había perdido hasta ayer todas las finales que había disputado en Sevilla. La más dolorosa, la de la Copa de Europa contra el Steaua en 1986. La menos importante, la de enero de la Supercopa. Y en el Villamarín, la final de Copa de 2018 frente al Valencia.