Andalucía fía la recuperación del turismo al código QR para vacunados
La Junta defiende que los inmunizados puedan ya viajar mediante un ‘pasaporte sanitario’, pero sin excluir alternativas como una PCR negativa
Hasta ahora 615.343 andaluces se han puesto las dos dosis de la vacuna contra el Covid. Está inmunizados frente a las formas graves de la enfermedad. Para este reducido grupo de andaluces, que representan el 7,25% de la población de la comunidad, se abriría un horizonte nuevo. Recuperarían parte del terreno cedido al coronavirus si, como le demanda la Junta de Andalucía al Gobierno, se implanta a nivel nacional un certificado digital, un documento con un código QR, que permitiera a los inmunizados viajar sin restricciones y asistir a grandes eventos cuando se levanten las limitaciones de aforos.
El Ejecutivo del PP y Ciudadanos reclama este «pasaporte sanitario» para «normalizar» los viajes antes incluso de que se eche encima el verano. El vicepresidente de la Junta, Juan Marín, considera que este certificado —en el que lleva tiempo trabajando el Ministerio de Sanidad— «no es un capricho ni una ocurrencia», sino un balón de oxígeno para dar un respiro a la actividad económica y el turismo, que entró en coma por la pandemia.
El portavoz de la Junta, Elías Bendodo, defendió «empezar a abrir la mano» en las opciones de movilidad de las personas «inmunizadas», para que la normalidad se vaya recuperando «de forma progresiva, con las personas inmunizadas, con personas que han presentado PCR o test de antígenos negativo, o que han pasado la enfermedad» y cuentan con anticuerpos. «¿Qué vamos a esperar a que estemos los 8,5 millones de andaluces vacunados para empezar a recuperar la normalidad?», terciaba en el debate el también consejero de la Presidencia.
El presidente de la Junta, Juanma Moreno, va a enviarle una carta al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en la que le solicitará que, «de forma inmediata, se convoque la Conferencia de Presidentes Autonómicos» para
Poco ha durado el armisticio alcanzado por los peperos en Andalucía. En menos que canta un gallo, los madriditas han vuelto a levantar el puño dispuestos a romper lo que haga falta en el partido con tal de controlar a los locales, y han comenzado por defenestrar al portavoz del partido en el Ayuntamiento (clave) de Sevilla. ¡Al suelo, que vienen los abrir la movilidad a los inmunizados. En su misiva, según avanzó Bendodo, también se quejará del «maltrato» del Gobierno a Andalucía en el reparto de sus ayudas por la pandemia y le preguntará cómo piensa llegar al 70% de la población española vacunada a finales de agosto, sorteando los retrasos en el suministro. A todo ello se suma el «desigual» reparto de vacunuestros!, puede protestar con razón el defenestrado desde una foto sepia de Robert Capa. Tal como ocurre en las Izquierdas andaluzas, en el planeta conservata parecen irreprimibles unas ambiciones que, desde Madrid, se toleran cuando no se promueven. Desde luego, si esta comedia negra no acaba provocando una abstención galopante será un milagro, pero lo que es seguro es que nuestra vida pública se mueve animada por intereses exclusivamente privados. nas. Bendodo cifró en 189.000 las dosis que el Gobierno central «ha dejado de mandar a Andalucía en estos tres meses» de campaña «por no respetar el criterio de la población».
Polémicas aparte, la realidad es que el acceso a las vacunas es un derecho limitado. No obstante, Marín, que es consejero de Turismo, Regeneración, Justicia y Administración Local, negó que el establecimiento del «pasaporte sanitario» resulte «discriminatorio» porque conviviría con otras alternativas válidas para los no vacunados como la presentación de un PCR o test de antígenos realizado 72 horas antes.
Recelos científicos
Los detractores del certificado, entre los que se encuentra la Organización Mundial de la Salud, recelan de una medida que pueda dividir la sociedad entre vacunados y no vacunados. A ello se suma la falta de evidencia científica sobre el riesgo de transmisión cero tras la inyección de la vacuna. Marín alegó que «el 100% de la seguridad de que alguien pueda contagiar o no el virus no existe, pero tenemos que seguir viviendo» y, por ejemplo, la inmunidad que confiere la primera dosis de la vacuna de Pfizer (entre el 70 y 80%) son «suficientemente amplios como para