Vacunódromo
Los trabajadores actuales se arriman más a los partidos, sobre todo los socialistas y comunistas, que a ellos mismos profesionalmente, y ponen en su mayoría poca fe en los sindicatos. Mientras estos sean la prolongación o brazo efectivo laboral de un partido, no irán muy lejos. Creo que actualmente el porcentaje de trabajadores dispuestos a pagar una cuota sindical en España está en el nivel más bajo. ¿Alguien me podrá decir si en España aún quedan auténticos sindicatos? Para colmo, recientemente ha nacido uno nuevo, Solidaridad. Con estos sindicatos dependiendo de partidos políticos, España seguirá estando en la cola de la UE, con más desempleo.
Con esta pandemia hemos aprendido muchas cosas que estaban al margen de nuestras vidas —lenguaje, hábitos y comportamientos, sobre todo— y que hace un año nos habrían parecido ridiculas. Entre otras muchas cosas, ha hecho que engrosemos nuestro vocabulario con un ‘covidioma’. Palabras que nos sonaban raras como ‘infodemia’, ‘pródomo’ o diversos neologismos se han introducido en nuestro argot diario y hasta las maneja con desparpajo un niño de corta edad, que ya sabe qué es ‘cuarentena’, ‘asintomático’, ‘estado de alarma’ o ‘gel hidroalcohólico’.
Todo esto viene por una de esas palabras: ‘vacunódromo’. Ayer nos vacunamos en el vacunódromo que ha montado la Junta de Andalucía en el Estadio Olímpico. Ni que decir tiene que me parece todo un acierto la vacunación masiva que se está realizando allí.
Hay que decir que la organización es magnífica y la rapidez con que se realiza también es digna de elogio. Ahora lo que hace falta es que no falle la provisión de vacunas, porque siendo así, presumo que llegarán a vacunar a toda la población de Sevilla en breve.
MARÍA TERESA HOYA JIMÉNEZ