No responsable
en la ordenación y control de los contenidos de esta edición omnipotente, que el 14 de marzo de 2020 valió por sí misma para mandar a 47 millones de españoles a encerrarse en casa sin rechistar. Y así 98 días. Todos de puertas para adentro, como los del Ángel Exterminador de Luis Buñuel. Por cierto, devorando los 53 números ordinarios del BOE más 17 extraordinarios alumbrados en ese periodo de alarma, desbordantes de instrucciones, advertencias, prohibiciones y su levantamiento o vuelta a empezar. En las fechas de 28, 29 y 30 de marzo hubo 25 millones de accesos a la web del BOE, devenida en biblia suprema de la supervivencia. Y este 23 de abril te encuentras con que el mismo boletín de efectos divinos, aunque cada vez más plagado de defectos y disparates, sale con otra pieza de antología, ajustando cuentas navajeras con el partido que gobernaba antes.
El PP, iniciador de «un proceso constante y sistemático de desmantelamiento de las libertades», se dice en el preámbulo de una ley que modifica el Código Penal. Una agresión chusca. Y además suscrita sin más remedio por el Rey, al que Pedro Sánchez vuelve a poner al servicio de su particular voladura. Aunque ese es otro cantar.
Del prestigio al sonrojo
Aquí, como en todo moderno Estado de Derecho, el BOE se ha leído de rodillas. En las mesas de los funcionarios, en las de los juristas, en empresas a la caza o no de concursos públicos, cómo no en las de los periodistas, antaño entregados a esa oración matinal –palabra de Hegel– de descifrar las páginas grises del papel prensa oficial. Desde 2009, de la edición online, que al menos que se sepa, una periodista en España, la codirectora de la Fundación Civio Eva Belmonte, exprime religiosamente, número tras número, hace casi nueve años. Calculando, un millón largo de páginas.
Su conocimiento del boletín es enciclopédico y su criterio va a misa (léase la web elboenuestrodecadadia.wordpress.com). De ahí que cuando sostiene que el párrafo arrojado contra el PP es «el summum de la burrada» reproducida en el diario oficial, no quede otra que decir amén. «Es de lo más feo que he visto en un texto público en mucho tiempo. No recuerdo en democracia un ataque a un partido concreto de esta manera», sostiene. Para hallar un precedente, sugiere remontarse «a las primeras normas que aprobó el franquismo, que descalificaban lo que se había hecho en la República y lo anulaban». Aunque aquello, recalca, corresponde a otro orden, otro régimen, «a un contexto posguerra civil y a una dictadura».
«Los preámbulos, las exposiciones de motivos de las leyes, tienen que servir para ayudar a entenderlas y comprender por qué se toma esa decisión y no otra, aunque desde hace muchísimo tiempo, tanto el PP como el PSOE, los están utilizando para hacerse un poco de propaganda», ilustra Belmonte. Que no obstante, advierte de que se está pasando por alto que la ofensa aparece en un texto que procede del Congreso. «No es un Real Decreto Ley que mandó el Gobierno, sino una ley que ha sido votada». De nada valió que el diputado popular Miguel Jerez denunciara durante la ponencia estar ante una «técnica legislativa repugnante», delatora de «mala fe», «el odio y la ira más visceral». La enmienda a la totalidad que defendió no obtuvo apoyo. Pablo Casado ha anunciado que llevará las «ofensas» al Tribunal Constitucional y el Grupo Popular ha instado a la Cámara Baja a que adopte medidas para que garanticen que la parte expositiva de las normas obedezca a lo que manda el Reglamento, describir «objeto y finalidad, «antecedentes», y no se deslice hacia el «sonrojo» y lo «bochornoso». «El debate parlamentario resiste estas cosas, el BOE no», sentenció el PP.
Pero ahí ha quedado para siempre. Reflexiona la experta sobre qué pensará quien dentro de veinte años quiera despejar dudas y se tope con las líneas de la infamia. «No tendría por qué ver eso, las leyes no son algo temporal del partido de turno». Muy por el contrario, pertenecen a todos todo el tiempo. Y el artefacto mágico que lo hace posible es el
Erratas aparte, todo error es del «órgano emisor». El BOE no es competente para revisar lo recibido
La web registra 4,5 millones de visitas al día. Los 29, 30 y 31 de marzo de 2020 fueron 25 millones