Los proyectos con fondos de la UE que la Junta mandó a Moncloa están en el limbo
El plan de recuperación que el Gobierno ha remitido a Bruselas no permite que las comunidades decidan dónde deben invertir las ayudas
l pasado diciembre la Junta de Andalucía remitió al Gobierno de España un listado con 150 proyectos públicos y privados que aspiran a movilizar, conjuntamente, más de 35.000 millones de euros de los futuros fondos europeos para la recuperación. Y a su vez, la Federación Andaluza de Municipios y Provincias (FAMP) realizó una lista con más de 2.000 propuestas que sumaban otros 52.000 millones. ¿Cuál ha sido el destino de aquel documento? La hora de la verdad para desvelar qué tipo de iniciativas serán financiadas con los recursos del denominado Next Generation UE se acerca pero, de momento, solo hay un aspecto sobre el que no existen dudas: las comunidades autónomas, y por tanto Andalucía, no tienen prácticamente ninguna capacidad de decidir qué proyectos deben ser prioritarios a la hora de recibir los fondos.
El papel de las administraciones regionales será esencial en la gestión del dinero y en la fiscalización de las ayudas, pero el Ejecutivo de PSOE y Podemos ha creado un sistema de decisión muy centralizado que margina a las autonomías en la definición de qué proyectos y empresas serán las receptoras de las mismas. Por ello, el documento que elaboró la Junta a fines de 2020 se puede considerar —por el momento— como un catálogo de sugerencias formuladas por Andalucía a la Moncloa, que es donde reside la capacidad casi exclusiva de seleccionar las prioridades. Técnicamente están en el limbo, dado que no existe ninguna fórmula que permita la comunicación directa de proyectos entre las regiones y el Estado, ni que obligue a éste a subordinar una parte del dinero a lo que se decida en ayuntamientos y autonomías.
El Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia que el Gobierno de España ya ha remitido a Bruselas contempla la movilización de una inversión pública de 140.000 millones de euros (de los cuáles 70.000 son ayudas a fondo perdido) que deben activar, a su vez, una inversión privada de 500.000 millones. Para gestionar estas ayudas se
EUE estamos viendo una nueva esclavitud es ya algo asumido. El sistema es voraz (gobierne quien gobierne) y metaboliza del tirón hasta estos crímenes de lesa humanidad. Dense un voltio por los asentamientos de temporeros en los campos de Huelva –en Lepe pero, sobre todo, en Moguer y en Lucena— y verán las cir
Qhan contemplado diversos instrumentos, desde la inversión directa del Estado, hasta la firma de convenios con comunidades autónomas y ayuntamientos, subvenciones directas a empresas o la creación de consorcios público-privados.
Grandes proyectos
La «joya de la corona» del sistema es lo que se denominan Proyectos Estratégicos para la Recuperación y Transformación Económica (PERTEs), que unen al Gobierno con empresas privadas para acelerar inversiones con gran capacidad para transformar la economía española. El primero de ellos se constituyó en marzo, con Grupo Volkswagen e Iberdrola, para levantar una de las primeras plantas de baterías en Europa. La identificación de los PERTEs depende solo del Gobierno de España. De hecho, el presidente del Gobierno anunció personalmente el primero de ellos en una tribuna de opinión en el diario El País. Habrá nuevos consorcios en sectores como el hidrógeno verde, la industria aerospacial, la agricultura sostenible o el desarrollo de un sistema nacional de salud puntero, y todos ellos serán elegidos y conformados de manera centralizada.
«El papel de las comunidades en los mecanismos de decisión es marginal», indican fuentes del Ejecutivo andaluz. «Si bien se reconoce la importancia de las autonomías en la ejecución y el control de los fondos, la administración regional está completamente ausente de los centros que diseñan y escogen los proyectos», remarcan. El destino de los 70.000 millones se decide en solitario por la Administración General del Estado y «esto se advierte en los mecaniscunstancias de la moderna explotación inhumana. Una miriada de ONGs frecuenta esos infiernos y se hace la foto pero me da el pálpito que es Cáritas en solitario la que, de verdad, da el callo. Ahora, por ejemplo, ha conseguido involucrar a la ONU y parece que también a la UE, mientras la Junta (la Consejería de Igualdad) larga casi 300.000 euros a una de aquellas para controlar la foto. Marx no explicó del todo mal, después de todo, el rácano proceso de formación de las plusvalías.