Un modelo que choca con el de países como Alemania
En Europa hay naciones tan descentralizadas como España, como es el caso de Alemania, formada por dieciséis estados federados. En este país el esquema ha sido diferente, ya que han participado todos los estados tanto en la elaboración como en el diseño, en conferencias conjuntas y en un debate en el senado. En paralelo, han creado entidades independientes para auditar el plan. Incluso en países muy centralistas, como es Francia, también se ha incidido en la «territorialización del plan de recuperación» como un elemento esencial para su éxito, y han articulado fórmulas para que las regiones aporten sus planes al Gobierno.
En el caso de España, aunque el papel de las regiones ha sido marginal en el diseño de la hoja de ruta para la recuperación, sí serán esenciales a la hora de asegurar la ejecución efectiva de los proyectos, así como la fiscalización de los gastos a través del cumplimiento de objetivos e hitos. Organismos como la Airef han manifestado que las regiones deben conocer cuál será la asignación que recibirán para hacer sus proyecciones presupuestarias.
El Ministerio de Hacienda trabaja en un sistema de gestión y control de los fondos europeos en el que participarán tanto las comunidades autónomas como las entidades locales. Para este seguimiento, se elaborará un «Informe de Gestión» que reflejará el grado de avance en el cumplimiento de los hitos y objetivos de las distintas reformas e inversiones y que también aportará información sobre el grado de ejecución presupuestaria de cada componente del Plan.
El control de los fondos recaerá en la Intervención General de la Administración del Estado (IGAE), como Autoridad de Control e institución reconocida por la Comisión Europea como independiente.