Comida gratis
se con materiales y recursos que ayuden a combatir la pandemia.
Según el diario ‘Indian Express’, el gobierno quiere que los diplomáticos presenten al mundo la versión gubernamental de los acontecimientos, es decir, que la agresividad de la segunda ola del virus no estaba pronosticada por ningún experto del mundo, que l as infraestructuras sanitarias en los países más avanzados como Estados Unidos, zonas de la Unión Europea o Japón se habían desmoronado en la primera ola en 2020 y que la variante de Covid en la India es la más peligrosa hasta la fecha. Con estas razones, el Gobierno indio pretende demostrar que la situación actual del país no responde a su inacción o incapacidad.
Sin embargo, a las autoridades de la India les siguen lloviendo reproches desde ámbitos distintos al de la prensa. El último tirón de orejas se lo ha dado recientemente el Tribunal Superior de Justicia de Delhi, que ha i nstado al Gobierno central – de quien depende el suministro de oxígeno a todas las provincias del país– a abastecer con l as 490 toneladas del oxígeno diario que corresponde a la región de Delhi.
Advertencia de la Justicia
También el Tribunal Superior de Justicia de Madras, en la provincia de Tamil Nadu, al sur del país, criticó recientemente cómo se ha gestionado la pandemia. En concreto, lamentó que la Comisión de Elecciones de India, el órgano encargado de la organización de los procesos electorales, no pusiera fin a la campaña en esa zona mientras el Covid-19 ya se propagaba a una gran velocidad.
Pero el Gobierno no se achanta ante los detractores y saca todas sus armas de guerra. Según ‘ The Wire’, las autoridades de la provincia de Uttar Pradesh, al norte del país, han decretado que los hospitales que denuncien públicamente l a falta de oxígeno serán castigados. En concreto, tendrán que pagar multas por lo que las autoridades consideran «crímenes», valiéndose de un ‘decreto epidémico’ que les permite acusarles de crear miedo entre los ciudadanos.
Solidaridad ciudadana
Con todo, la conclusión a la que se llega es que o bien las autoridades indias no son conscientes de la situación real por la que atraviesa la ciudadanía o bien creen que la pandemia está fuera de control y trabajan en guardar la apariencia como pueden. La única esperanza la genera la actitud de los ciudadanos, que se ayudan entre sí sin tener en cuenta ningún prejuicio. Juntos hay más posibilidades de sobrevivir, consideran. En Delhi y otras ciudades la comunidad sij ha abierto centros de oxígeno al lado de los templos para que cualquier persona que lo necesite pueda acudir a ellos. Desde que abrieron, no ha faltado en la región.
Otras comunidades, tanto del sijismo como de otras religiones, proveen comida a todo aquel que lo necesite de manera gratuita. Pero los ejemplos van más allá: desde el dueño de un ‘tuk-tuk’ o ‘rickshaw’en la ciudad de Bhopal que ahora lo utiliza como una ambulancia para llevar a los pacientes de Covid sin cobrar nada a cambio hasta un joven que vive en Mumbai y vendió su caro todoterreno para comprar oxígeno y suministrarlo gratis a los pacientes. O un anciano de 85 años infectado de coronavirus que decidió ceder su cama del hospital a un joven de 40 que también se había contagiado. Las escenas de solidaridad también se extienden rápido.
Pero por mucho que crezca el empeño de la población, lo que ya se ha bautizado como el ‘tsunami del Covid’ en l a India no se apaciguará mientras el Gobierno de Modi mire a otro lado.
Las Comunidades religiosas proveen de comida a todos aquellos que lo necesitan de forma gratuita