Radiografía actual: Pocos mandos y menos del 10% de la plantilla
a la calle y me mandó a una oficina. ¿Pero es que ellos no habían tenido también hijos?», se pregunta medio en broma, medio en serio.
María del Carmen habla con pasión del que fue su trabajo. «Es vocación de servicio público. Hoy en día con el poco personal que hay se han quitado muchos programas. A mi me gustaba mucho trabajar con los niños, para luchar contra el absentismo o las charlas que dábamos en los centros escolares advirtiendo de los riesgos de la movida». Esta policía ya jubilada atesora un archivo de experiencias personales único. Cada historia revela retazos de la humanidad que imprimió a su jornada laboral. como lo vivido con una pequeña del Polígono Sur que tiene grabada en su memoria.
«Yo daba clases de educación vial en los colegios y al terminar un día, se me acercó una niña de siete u ocho años, no lo recuerdo con exactitud, del colegio Giménez Fernández. Me dijo que su madre le pegaba. La niña tenía marcas en el cuerpo. Me puse mala. Nos la llevamos al hospital de inmediato y activamos todo el protocolo».
Al año, María del Carmen estaba en Chipiona con su familia, y aquella niña se le acercó. «Yo no la reconocí al principio. Me dijo muy contenta que estaba viviendo con su abuela y sus hermanos, que ya no estaba con su madre, a la que le habían quitado la custodia. Venía a darme las gracias». A la pregunta de si valió la pena, «se responde sola, ¿no crees?».
Inmacula Alcudia: Y acostumbrar a la calle
Esta veintena de mujeres no sólo tuvo que demostrar a los mandos de la Policía que habían llegado para quedarse; también educaron en la costumbre a los ciudadanos, sobre todo a aquellos que no se llevaban bien con la evolución que estaba experimentando una sociedad que acababa de estrenarse en la democracia parlamentaria. «Cuando regulabas el tráfico en la calle, más de uno te soltaba una fresca. Yo me sentía muy impotente cuando te gritaban que es¿Cuál es la situación de las mujeres después de 40 años de incorporación en la plantilla municipal? A nivel numérico y de ejercicio de mando, se está muy lejos de una situación de igualdad con respecto a los hombres. Actualmente la plantilla de la Policía Local ronda el millar de funcionarios. De ellos, 52 son mujeres; lo que supone menos del 10%.
En cuanto a los mandos, de ese grupo de mujeres policías, cuatro son oficiales y están en la escala técnica del cuerpo. A día de hoy, la Policía Local de Sevilla
Arriba, a la izquierda, la promoción reunida en la Plaza de España para celebrar sus 25 años de servicio; abajo y a la derecha, varios momentos de desfiles y actos de representación. no ha tenido nunca un jefe mujer.
Las situaciones que vivieron las primeras agentes que vistieron el uniforme no tienen nada que ver con el día a día de las que son hoy mujeres policías, cuya integración es plena en el servicio. Pero el techo de cristal existe. «La maternidad, al final es lo que marca la diferencia con nuestros compañeros. Cuando pasas a ser madre, se vuelve más difícil prepararte para ascender y eso condiciona tu carrera profesional», señala Inmaculada Alcudia. tabas quitando un puesto de trabajo a un hombre. Que teníamos que hacer, ¿quedarnos en casa?».
Inmaculada Alcudia estaba a punto de cumplir los 19 años cuando vistió el uniforme por primera vez. El servicio al ciudadano fue lo que la movió a dar el paso. A diferencia de sus compañeros hombres, para ellas no había determinadas herramientas de trabajo como un simple silbato. «Sí, como oyes, no querían darnos un silbato porque decían que estaba feo en una mujer». La defensa (porra) de ellas era más corta que la de los hombres. Detalles que con el paso del tiempo se han ido eliminando. Inmaculada, al igual que sus compañeras, sintió más la discriminación de parte de los mandos que de sus colegas. «Los primeros meses, cuando recibíamos las clases, algunos nos decían abiertamente que no nos querían allí. Pero no consiguieron aburrirnos». Inma se jubiló con casi 40 años de servicio.