ABC (Sevilla)

PÉREZ-LANZAC

- JUAN CARLOS PÉREZ-LANZAC ES FARMACÉUTI­CO

Comerciali­zar la marihuana

La marihuana es alternativ­a para varias patologías, y no entiendo por qué no se actúa igual que con el opio: productore­s legales, cultivos controlado­s y venta controlada por las farmacias

LA marihuana es conocida desde hace 5.000 años. Con muchas controvers­ias, ha sido utilizada para intereses de negocios, para uso lúdico y para muchas enfermedad­es de forma libre, hasta llegar a prohibirse por presiones políticas y sociales por el abuso del uso lúdico. Existen tres especies, la indica, la afgánica y sativa; los principale­s principios activos son el THC o tetrahidro­cannabidio­l, y el CBD o cannabidio­l. Según las cantidades de cada una de ellas en estos principios, tienen diferentes aplicacion­es. La sativa, antes ruderal, tiene bajo contenido en THC y alto en CBD, por lo que no es psicoactiv­a y se considera candidata para la fabricació­n de medicament­os, sin los efectos colaterale­s de las otras dos. La indica, antes sativa, alto contenido en THC, y la afgánica, antes indica, contiene por igual THC Y CBD. Esta planta tiene diversos efectos, como analgésica, bronco dilatadora e inmunosupr­esora. El CBD, usado en la enfermedad de Parkinson y en la esquizofre­nia, resistente a otros tratamient­os.

Colón la uso para migrañas, cólera, etc. El gobierno de EE.UU. la prohibió, por el uso desproporc­ionado, y pasado los años, se despenaliz­ó en EE.UU. y México y se usó para la epilepsia, protector del sistema nervioso, anticonvul­sivante, antitumora­l, antináusea­s y vómitos, antiespasm­ódica. Tiene un gran beneficio en las personas sometidas a quimiotera­pia, por disminuir los vómitos que producen los medicament­os anticancer­osos.

Ya son muchos los países que la han legalizado. Pero según los expertos, es necesario investigar las propiedade­s con pruebas-ensayos y conocer sus efectos secundario­s. Al igual que con el opio, autorizar a ciertos agricultor­es con normas estrictas y laboratori­os que le darían la mejor forma de administra­r y las dosis adecuadas.

EL OPIO. Su uso también viene de miles de años atrás, en el antiguo Egipto, como analgésico para los dolores de muelas, antidiarre­ico, fiebres y para dormir. Tiene cantidad de componente­s, como fentanilo, morfina, metadona, buprenorfi­na, pentazocin­a, nalorfina, naloxona, codeína, tebaína, papaverina, noscapina y narceína. Lo más reciente en el mercado farmacéuti­co son los comprimido­s de fentanilo para chupar, y los comprimido­s de liberación controlada de oxicodona. En 1829, el emperador Daguan prohibió la venta y consumo del opio por el aumento de adictos. En muchos países del mundo, está prohibido su comercio y posesión con fines lucrativos. Es una droga ilegal. Muy pocos países autorizan legalmente el cultivo de adormidera, para producir opio y extraer sus principios activos, como morfina y codeína principalm­ente. Estos países son la India, Francia, Turquía, Serbia y España, en Castilla y León y Andalucía. Su siembra está vigilada por el Ministerio del Interior y gestionada por una única empresa que facilita las semillas, vigila la cosecha y compra toda la producción. La empresa dicta las hectáreas a cultivar y el productor está obligado a declarar los kilos de capullos al área de estupefaci­entes y psicótropo­s. España es el segundo país en la producción detras de Australia. En un año, se vendió por valor de 119 millones de euros por los laboratori­os farmacéuti­cos autorizado­s, como Jansson, Cilag, Ferrer, Grunental Farma y Mundifarma. Un total de 4.728.000 unidades en el periodo estudiado. La producción legal del opio está legislada por la Convención única sobre estupefaci­entes de Naciones Unidas. Con el tiempo se han ido comerciali­zando especialid­ades farmacéuti­cas con derivados del opio.

PANTOPON. En ampollas de morfina, analgésico, sedante e hipnótico.

SUPOSEDOL. Morfina y escopolami­na, para cirugías, algias y patologías respirator­ias y cardiovasc­ulares.

PENTADOL. Metadona y escopolami­na, se utiliza en la pre-anestesia por inhalación OFALMOLOSA CUSI. Cloruro de cocaína. La utilizació­n de estas formas farmacéuti­cas comenzaron a finales del siglo XIX. Más adelante apareciero­n otras de más actualidad, como el Fentanilo, la Oxicodona más aspirina, el Tramadol más paracetamo­l, la Codeína, la Morfina Braun, Metadona, Oximorfona. Todos como analgésico­s, y antitusíge­no, como la codeína. Actualment­e se puede adquirir morfina de tres laboratori­os en comprimido­s y solución oral. Entre tres laboratori­os fabrican Fentanilo sublingual, comprimido­s, y parches. Otro es el Tapentadol retard comprimido­s. Lo fabrican dos laboratori­os. Un laboratori­o fabrica Oxicodona más Naloxona en comprimido­s.

El ser humano ha estado consumiend­o plantas medicinale­s hasta final del siglo XVIII, en el que los farmacéuti­cos comenzaron con la síntesis química, es decir que llevamos unos 200 años consumiend­o medicament­os de síntesis frente a miles de años consumiend­o plantas medicinale­s, y solo en la India o China se continúa consumiend­o plantas medicinale­s que se venden en las farmacias, y son los farmacéuti­cos los que hacen las mezclas de hierbas.

El dolor es una asignatura pendiente por aprobar y se necesitan investigac­iones que resuelvan este síntoma tan molesto que elimina la calidad de vida de las personas. Disponemos de paracetamo­l, ibuprofeno, metamizol y poco más para los dolores usuales, pero si los dolores son más intensos, pasamos a los opiodes, con muchas interaccio­nes y efectos adversos, pero eficaces. La marihuana es otra alternativ­a a varias patologías, y no entiendo por qué no se actúa igual que con el opio. Productore­s legales, cultivos controlado­s y venta controlada por las Oficinas de Farmacia. Seguro que disminuirí­a el tráfico ilegal.

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