En febrero
total, 438.000 fueron mujeres, esto es, casi un 75%.
Los datos son claros también respecto al poder adquisitivo de estas familias. En 2019, algo más de 3,6 millones de declarantes optaron por la declaración conjunta, según las estadísticas de la Agencia Tributaria. De este total, casi
2,8 millones declararon menos de 30.000 euros anuales, lo que supone casi el 78% del total.
Los orígenes de esta deducción se encuentran en un intento de compensar la tributación de las familias en las que solo uno de los miembros de la pareja aporta ingresos. Porque se da la paradoja de que si en una unidad familiar se ingresan 60.000 euros, se paga mucho más por IRPF si es solo uno de los cónyuges quien trabaja que si lo hacen los dos, y los 60.000 provienen 30.000 de cada uno, o 40.000 de uno y 20.000 de otro.
La deducción de la que se benefician las familias por tributación conjunta no compensa del todo esta diferencia, pero sí que la amortigua. Lo cierto es que hay asociaciones de defensa de la familia que piden que los ingresos se puedan dividir entre los dos cónyuges, lo que permitiría reducir considerablemente la cuantía a pagar en la gran mayoría de los casos.
«Clima preelectoral»
En la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, la titular de Hacienda, María Jesús Montero, insistió nuevamente ayer en que esta medida no se va a poner en marcha tal y como viene planteada en el plan remitido a Bruselas, sino que –argumentó– se va a esperar al dictamen de los expertos para la reforma fiscal. Según Montero, el «clima preelectoral» es una de las causas del revuelo aunque, reconoció, la medida es una de las recomendaciones planteadas por la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef) y, por tanto, será tenida en cuenta por los citados expertos en su análisis.
Sorprende también el argumento político de Montero, pues se da la circunstancia de que son muchos los expertos que consideran que han sido precisamente las elecciones madrileñas las que están detrás de la opacidad con la que el Gobierno está manejando el Plan de Recuperación. Del texto, que determinará el futuro económico y social de la economía nacional en los próximos años, según planteó el presidente Sánchez, solo se conocen las líneas generales pero no hay ni rastro de las reformas estructurales que se han acordado con Bruselas a cambio de la recepción de los fondos.
Montero culpó del revuelo al «clima preelectoral» e insistió en que esperará a lo que digan los expertos