Una gran victoria y una esperanza
subieron al pedestal: los contribuyentes que le agradecen su política fiscal, los empresarios de la hostelería, las gentes de los espectáculos como Nacho Cano o Pitingo y los ciudadanos que quizá no votaron la libertad del eslogan, pero sí las pequeñas libertades que Ayuso representó. La gran lección de estas urnas: el debate no es invocar el fascismo ni otros fantasmas. El debate es atender las necesidades del país.
Tras los resultados de las elecciones autonómicas en Madrid se pueden sacar muchas reflexiones, análisis o consecuencias pero, lo más importante, sin duda alguna, es que Isabel Diaz Ayuso es la única ganadora del envite, no solo el PP de Madrid o Nacional, sino la protagonista, porque, ni Pablo Casado ni los estrategas nacionales del partido estaban convencidos de las apuesta valiente de Isabel, anticipando unas elecciones que tocaba para el 2023. Eso es lo más trascendente. Por otra parte, se equivocan aquellos analistas de la izquierda mediática que piensan que a Isabel solo le han votado los rabiosos derechistas de siempre, qué va, basta con ver los votos y el reparto de escaños para darse uno cuenta que VOX se ha quedado prácticamente igual y que Ciudadanos ha desaparecido, pero aún, hay un fuerte crecimiento de la presidenta de Madrid hacia la izquierda del centro político y, en concreto, en muchos votantes del PSOE, moderados y con sentido común.
JULIO JOSÉ ELÍAS BATURONES