Rocío Monasterio
mendo y, además, Ayuso sabrá modular sus iniciativas y dejar a Vox sin espacio para desmarcarse. En un momento en el que el viento sopla a favor del PP, cualquier paso en falso de Vox puede tener un efecto rebote en el resto de España. Y más aún cuando queda un año para las elecciones andaluzas, en las que el PP, como ha sucedido en Madrid, está captando parte del voto de Vox.
Abascal es consciente de esta situación y, ayer, tras la reunión del Comité de Acción Política, quiso dejar clara la posición de Vox en la primera votación de la sesión de investidura. Aunque a Ayuso no le hace falta el voto afirmativo de los 13 parlamentarios de Vox, le vale con la abstención en segunda votación, el líder de esta formación política afirmó con contundencia: «Ayuso puede contar con el voto de Vox a su investidura, como no podía ser de otra manera». Momentos antes, en la rueda de prensa conjunta, la candidata Rocío Monasterio también aclaró que «ayer (por el martes) dijimos que íbamos a facilitar la investidura y estaremos firmes en la defensa de nuestras convicciones».
Apoyo parlamentario
Este desequilibrio en la correlación de fuerzas entre PP y Vox ha obligado a este último a recular en su oferta de formar parte del Gobierno de Ayuso. La candidata popular, en la campaña electoral, ya adelantó que prefiere gobernar en solitario, después de la experiencia fallida con Ciudadanos. A día de hoy, con los resultados en la
«Ayuso puede contar con el voto de Vox para la investidura, como no podía ser de otra manera»
sado en la moción de censura. Un distanciamiento que no se traslada a las líderes regionales de ambas formaciones políticas, cuya relación siempre ha sido cordial y de un correcto entendimiento.
Otra de las posibilidades que se apuntaban antes de conocer los resultados es si Vox podría ocupar la Presidencia de la Asamblea de Madrid, como contraprestación a la investidura de Ayuso. Pero esta opción tampoco depende de Vox. En aplicación del reglamento de la Cámara, el PP solo necesitaría en segunda votación la mayoría simple de sus 65 diputados, ya que no se contempla, en ningún momento, que Vox pueda votar en contra. En primera votación se pueden presentar varios candidatos, pero en segunda solo dos, los que obtuvieran mejores resultados, que serían el del PP y el de las formaciones de izquierda. Por lo tanto, los populares también pueden optar en solitario a este cargo.
«Espinita» de la moción
El resultado de Madrid para el futuro del centro-derecha, ahora mismo polarizado entre el PP y Vox, es otra de las incógnitas que se plantean. Abascal se ha apresurado a desvincularlo y ha lanzado una advertencia a Pablo Casado: «Es un error interpretar este resultado en clave partidista. Vox no lo hizo en Cataluña y sería un error que se hiciera en Madrid».
A Vox le interesa cortar este debate de raíz e incluso insiste en que no tiene «ninguna duda de que en las generales tendremos un resultado mucho mayor». Pero la realidad es que el efecto Ayuso se puede extender y Vox se apresura a limar asperezas con Casado: «No estamos con la espinita clavada en el hombro de la moción de censura».
«Veremos cómo la señora Díaz Ayuso quiere enfocar el gobierno de Madrid en estos dos años»