Juanma Moreno descarta el adelanto electoral a pesar de la euforia del PP
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esa es Ciudadanos. Juan Marín, que ayer seguía en Madrid arropando a Inés Arrimadas y a Edmundo Bal, hizo una gira por varios medios de comunicación para garantizar la estabilidad del Gobierno de la Junta, la sintonía personal y la «lealtad» que mantiene con Juanma Moreno y garantizar que se agotará la legislatura. Con unas palabras muy similares a las del presidente Juanma Moreno, el vicepresidente andaluz insistía en que están centrados en «vacunar, vacunar y vacunar».
Un mensaje que reforzaba el portavoz parlamentario del PP, José Antonio Nieto, con similares palabras. Las aguas están calmadas en el Parlamento andaluz y no es de esperar ninguna opa hostil del PP a Ciudadanos por más que los mensajes de los populares a nivel nacional ya den por muerto al partido naranja.
El mantenimiento del statusquo en la Cámara andaluza es precisamente una garantía para la continuidad de Moreno que ha advertido que sólo el bloqueo del Gobierno lo forzará a adelantar las elecciones. Los populares entienden que no hay ninguna razón para el adelanto electoral, no hay ninguna justificación para romper el Gobierno andaluz «y tener seis meses de parálisis precisamente ahora cuando empieza la recuperación económica».
El presidente andaluz se encontró con un aliado inesperado. El sociólogo Narciso Michavila, presidente de GAD3, empresa que ha acertado plenamente los resultados electorales de Madrid en su sondeo nada más cerrarse los colegios, pronosticó Moreno, sacará «mayoría absoluta» en las elecciones autonómicas previstas para finales de 2022. Eso sí. Dejó claro que no adelantaría los comicios, «el andaluz no aceptaría que se juegue con ventajismo», dijo.
Como la presidenta Ayuso, el presidente Juanma Moreno fue recibido en su día sin excesivo entusiasmo. Como ella supo él luego ir ganando terreno a la estimativa pública a base, sobre todo, de prudencia y discreción. Y es de esperar que, también como ella, sepa rematar su aventura sin los contratiempos que, inevitablemente, acarrean la impaciencia y la ambición. A esos (muchos) que le piden ahora y van a seguir pidiéndole que dé el salto y convoque elecciones, confiemos en que no haga ni mucho ni poco caso, porque las prisas nunca fueron buenas ni las extrapolaciones del todo correctas. Por lo demás, es probable que ese hombre tranquilo no precise consejos. Nadie como él conoce, seguramente, el paño que trabaja. El imprescindible liderato es obra indelegable. Lo sabía Ayuso y seguro que también lo sabe él.