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tivo señala que, en todo caso, «se procurará alcanzar un acuerdo» con las comunidades y lo supedita a lo que aconseje el grupo de expertos que entregará su informe en febrero de 2022. El grueso de la reforma fiscal entrará en vigor en el primer trimestre de 2023.
Hasta entonces hay una larga seguidilla de subidas fiscales que el Ejecutivo implantará. En primer lugar, el Gobierno apuesta por elevar la fiscalidad verde y abre la puerta a bajar los impuestos al trabajo en su lugar –sin dar más detalles–. En el segundo trimestre de este año aprobará el proyecto de ley para crear los impuestos a plásticos y residuos que incluía ya en las previsiones de los Presupuestos de 2021, para que entren en vigor en el tercer trimestre.
Más adelante se abordará la fiscalidad del diésel. «En el cuarto trimestre de 2022 se revisará la imposición sobre los hidrocarburos», señala, para recordar a continuación que «los tipos impositivos en el Impuesto sobre Hidrocarburos son más elevados para la gasolina que para el gasóleo». El Ejecutivo ya incluyó una subida del impuesto al diésel en el proyecto de Presupuestos de 2021, si bien el PNV la eliminó a cambio apoyar las cuentas.
También abre la puerta a elevar la presión fiscal a los viajes en avión, ya que se compromete a «revisar la fiscalidad del sector aéreo para actuar sobre las emisiones de esos sectores». El Ejecutivo ya publicó antes de la pandemia un proyecto en información pública para crear un impuesto a los billetes de avión, que después guardó en el cajón.
Asimismo, el Gobierno recoge que «en el primer trimestre de 2022 se analizarán y revisarán los impuestos sobre matriculación y circulación». En el segundo trimestre de 2022 se aproba