La Redención ya puede iniciar las obras de rehabilitación
La hermandad de la Redención de Sevilla ya puede comenzar las obras de la iglesia de Santiago. Ocho meses después de su traslado a San Ildefonso y casi un año de la aprobación de las obras por parte de los hermanos del Beso de Judas, la corporación del Lunes Santo ya tiene luz verde para comenzar a trabajar sobre este maltrecho templo que permanecerá cerrado ocho meses más como mínimo. Este hecho se ratificó ayer con la firma del comodato entre el secretario general y canciller de la Archidiócesis de Sevilla, Isacio Siguero, y el hermano mayor del Rocío, Manuel del Cuvillo.
Los daños que presenta son muchos, desde desprendimientos en los frescos a humedades en las cubiertas o desperfectos en las columnas. Estos son algunos de las males que viene padeciendo esta iglesia desde hace décadas y que ahora encontrarán solución gracias a este acuerdo. La hermandad del Beso de Judas posee en cesión este templo desde hace más de seis décadas y doblará esfuerzos para devolverlo a sus orígenes.
Entre los trabajos destacan la eliminación de los escalones de la puerta de la plaza Jesús de la Redención para facilitar la salida de los pasos en Lunes Santo. Por ello, desparecerán los tres escalones actuales y solo quedará uno para instalar una rampa de metro y medio. El hermano mayor, Manuel del Cuvillo, señaló hace meses a este periódico que gracias a las gestiones del Ayuntamiento, «haríamos algunos trabajos en la plaza para nivelarla con la iglesia». Esto permitirá que los pasos salgan rectos y que se instale una nueva puerta de madera.
El paso de misterio será retirado en el momento que comiencen las obras. Para la ocasión, «se ha ideado un sistemas de rampas que permitirá sacar por la puerta de la calle Lanzas el conjunto y con ello se llevará a un nuevo almacén del polígono Hytasa», apunta del Cuvillo. Esta servirá como ubicación definitiva para las andas que solo vendrán a Santiago en Semana Santa. En el resto del templo se realizará una cata a las columnas para recuperar su tono primitivo y perderán el mármol de imitación.