Una planta invasora amenaza la dársena del Guadalquivir
La Guardia Civil activa un plan de emergencia para erradicar una especie que devora ríos
Un buzo de la Guardia Civil las vio mientras entrenaba en la dársena del Guadalquivir el viernes de la semana pasada. Estaba en una zona próxima a la esclusa cuando se topó con unas flores acuáticas muy bonitas, de un color verde intenso. Arrancó unas cuantas y les hizo una fotografía. No estaba seguro, pero creyó haber encontrado una población de Eichhorniacrassipes, una especie invasora que detrás de su indudable belleza esconde un problema mayúsculo para el ecosistema. Se reproduce a gran velocidad y como una plaga animal, va devorando el río donde habita hasta dejarlo sin flora ni fauna. El agua que contamina es inservible y llega a ser un obstáculo para la navegación y las actividades acuáticas.
Las fotografías captadas por el buzo de la Guardia Civil se las envió a un compañero sargento del Seprona que reconoció al instante lo que tenía delante de sus ojos. Este agente se desplazó de inmediato al lugar y tras una primera inspección ocular decidieron buscar la confirmación científica. Llevaron los especímenes al departamento de Biología Vegetal y Ecología de la Facultad de Farmacia de la Universidad de Sevilla, que ratificó las sospechas de los funcionarios policiales. Estaban ante una muestra de una especie vegetal invasora comúnmente conocida como jacinto de agua o camalotes, que son el conjunto de plantas que se van uniendo entre sí por las raíces hasta formar islas flotantes. Por primera vez se documentaba su presencia en el Guadalquivir.
Desde el Seprona activaron las alarmas y avisaron a la delegación territorial de la Consejería de Medio Ambiente. Este martes se realizaba la primera batida en un tramo comprendido entre la esclusa y el puente del Centenario, en un área de unos siete u ocho kilómetros en línea recta. «Se han recogido ya 100 kilos, pero este trabajo no ha terminado aún. Es una planta con una fortísima capacidad de reproducción y si ha conseguido desplazarse, puede estar ahora mismo creciendo en otros puntos del río. La situación es preocupante». El sargento jefe de la patrulla del Seprona en la Comandancia de Sevilla no le resta importancia a la situación. En su mente están precedentes de cómo los camaleotes invadieron cauces, cubriéndolos de un manto verde incompatible con otro tipo de vida en el entorno.
En el Guadiana, a su paso por Extre-Extremadura, llevan años invirtiendondo dine-dinero y recursos contra esta plagaaga verde. Hasta la UME fue enviada en 2019 a Mé-Mérida para arrancar toneladas dede plan-plantas acuáticas, pero el problemama per-persiste. «La clave está en actuarar rápido y pronto para frenar susu reproducción», explica el sarargento del Seprona. Por ese mootivo, la Guardia Civil ha activaado un plan que consiste en baatidas regulares por el río para ra ir erradicando las poblaciones. Además de arrancarlas, se está aplicando una estrategia de cercarlas mediante redes que les impide moverse y por tanto propagarse. «Sus hojas funcionan como las velas de un barco y gracias a ellas se van desplazando por el cauce y colonizando nuevas zonas».
Venta por internet
Además de la intervención en el río, la Guardia Civil ha abierto una investigación para saber cómo llegaron las plantas al río, aunque saben que la tarea no es nada fácil. La comercialización y suelta de esta especie vegetal está prohibida en el país. El jacinto de agua está incluido en la lista de las 100 especies alóctonas más invasoras de la UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza) y también en el Catálogo Español de Especies Exóticas Invasoras. A pesar de las prohibiciones, la Guardia Civil ha detectado que se están ofreciendo ejemplares en portales de compra-venta de internet y hace un llamamiento a la ciudadanía para que no adquiera este tipo de plantas y que si encuentra algún anuncio o ve en el río ejemplares flotando, no dude en comunicarlo. Tan sólo tienen que enviar un correo electrónico a exoticas.invasoras.ras.cagpds@juntadeandalucia.es