«La guerra civil fue la crónica de un fracaso anunciado, pero no inevitable»
Arsenio Moreno Mendoza publica su novela ‘Galápago’ (Renacimiento)
Arsenio Moreno Mendoza (Úbeda, 1953) acaba de publicar su nueva novela, ‘Galápago’ (Renacimiento), una historia sobre dos sagas familiares que se centra en la ciudad de Úbeda y su ámbito geográfico a lo largo de casi un siglo.
Según comenta este catedrático de Historia del Arte de la Universidad Pablo de Olavide, abordar este siglo de historia ha sido «a veces como un juego, un juego doloroso, nacido en la soledad de mi estudio entre la reflexión y una cierta mirada burlona al pasado. Un ajuste de cuentas que, siendo colectivo, nunca ha perdido su impronta personal; tampoco mi visión de historiador».
Puntualiza también que «más que coral yo definiría la novela como colectiva». «Esta doble saga es casi la metáfora de una sociedad que no acaba de despertar de su letargo, tal vez demasiado atrapada por su historia. Ellos, los Galápago y los Higueras, ya no representan en sí el pasado, un pasado prácticamente feudal y clerical hasta la superstición, pero sí dos perspectivas de un problema complejo de resolver, como es el futuro».
La guerra civil
Por otra parte, comenta este escritor que en ‘Galápago’ y en la sociedad española en su conjunto la guerra civil marcó un punto de inflexión. «¿Por qué? Porque fue la crónica de un fracaso anunciado, pero no inevitable. Eso del enfrentamiento entre hermanos de las dos Españas es un camelo retórico. Nunca hubo dos Españas, sino una plena de contradicciones, compleja y tozuda. Es hasta posible que hubiera tantas Españas como españoles. Suele ocurrir entre nosotros. Aquellos jóvenes llevados a los mataderos del frente no dieron su vida por ideales encontrados, irreconciliables; estos chavales no entregaron su vida, se la quitaron por decisión de unos cuantos. La población en general nunca buscó la guerra, mucho menos la quiso».
Preguntado asimismo por si cree que se ha abusado mucho sobre la guerra civil en la narrativa española, el autor de ‘Hijos de Padilla’ asegura que «la actual vigencia de la guerra civil no es más que una muestra de su extraordinario impacto en la sociedad española; también fruto del silencio impuesto por el bando vencedor durante casi cuarenta años sobre la versión del vencido».
Hasta la fecha, Moreno Mendoza había hecho incursiones en el terreno de la novela histórica con obras como ‘El caballero indeterminado’, ‘Roldana’ o ‘Hijos de la espuma del mar’, pero con esta nueva obra se ha acercado a una parte de la historia más reciente de España. «A mí no me gusta leer la novela histórica que hoy se escribe, aunque hay notables excepciones. Y no me gusta porque soy historiador por encima de novelista. La Historia, que es algo muy serio, jamás debe ser pretexto para la imaginación delirante y, mucho menos, para el disparate. De eso y de mala literatura andamos sobrados. Creo que a muchos de esta dilatada serie de novelistas les iría mejor ejercer la ciencia ficción». «Sin embargo —prosigue—, como decía Galdós en uno de sus ‘Episodios Nacionales’, la ficción verosímil ajustada a la realidad documentada puede ser en ciertos casos más histórica y más patriótica que la Historia misma. Es entonces cuando la fuente literaria se convierte en fuente de conocimiento histórico. ¿Qué mejor que leer a Galdós para un historiador que quiera conocer el transcurrir de la vida de una ciudad como Madrid durante la Restauración? Es por eso que me he atrevido a retratar mi tierra, su historia, en unas décadas cruciales y desventuradas, sin perder de vista el rigor histórico, pero tampoco la creatividad literaria inevitable en toda novela. ‘Galápago’ no es un libro de Historia al uso».