Acusado de matar a Arthur
El príncipe participó en una cacería y habría disparado al oso pardo más grande de Rumanía
Los grupos medioambientales Agent Green y VGT Austria han denunciado la muerte del oso más grande de Rumanía, y probablemente de Europa, que residía en una zona protegida de los montes Cárpatos, en Transilvania. Allí se encuentra la mayor población de osos, unos 6.000 ejemplares en libertad, que cuentan con protección desde 2016, año en el que se prohibió la caza en la modalidad de trofeo o caza deportiva. Quizá la triste historia no hubiese tenido tanta trascendencia si no hubiese sido porque se trata del conocido oso pardo de 17 años, y porque al que acusan de su muerte es al
perteneciente a una de las Familias Reales más ricas.
El número 16 en la línea de sucesión de este principado centroeuropeo está siendo investigado por las autoridades del país después de que estas organizaciones ecologistas le hayan señalado como el culpable de terminar con la vida de este conocido animal de la zona hace tan solo unas semanas.
La muerte de Arthur coincide en el tiempo con el viaje que hizo el príncipe en marzo a Rumanía desde su residencia en el castillo de Riegersburg, una ciudad en la región austriaca de Estiria. Con el permiso del Ministerio de Medioambiente del país, formó parte de la partida de caza organizada por la Asociación de Cazadores que tenía como fin terminar con la vida de una osa que amenazaba a la población y a otros animales de la zona. Esta es una de las excepciones que se contemplan para poder dar caza a esta especie pese a la prohibición. El resultado fue la muerte de Arthur y no la de la hembra.
Arthur, Cacería de 7.000 euros
Como pruebas, las citadas organizaciones ecologistas han presentado varios testimonios de vecinos y agentes forestales de la zona de Ojdula, situada en el área natural protegida de Covasna en la que fue encontrado el cuerpo sin vida del oso. Existen además unos documentos que podrían probar
abatido por el príncipe en marzo
que el sobrino de el actual soberano del pequeño principado, habría pagado 7.000 euros por la autorización de caza.
«Está claro que el príncipe no vino a solucionar el problema de los lugareños por el presunto ataque de una osa al ganado, sino a matar a Arthur
Hans Adam,