ABC (Sevilla)

El poder «tabernario»

En 2019 los andaluces trasegaron 216 millones de litros de cerveza y cerca de 65 millones de litros de vino

- JOSÉ ANTONIO GÓMEZ MARÍN

Con tanto como se está hablando del zambombazo de Madrid, el desplome del PSOE, de la espantá de Iglesias y de la crisis del bipartidis­mo, se nos está quedando fuera de campo algo que, con el tiempo, quién puede saberlo, es posible que se descubra como su efecto más trascenden­tal: la toma del poder por las mujeres, eso que el pobre Aristófane­s llamaba ‘el mundo al revés’. Y no me refiero a las ‘femen’, esa ménades intrascend­entes, sino al silencioso desembarco de esa plana mayor que se ha hecho la foto tras la homérica odisea de la presidenta Ayuso. ¿O no se han parado a considerar que, hoy por hoy, cada líder masculino de la política española tiene a su vera o encima suya a una mujer poderosa? ¿No se han percatado de que si Ayuso ensombrece desde la otra noche a Casado, Errejón debe de andar más que mosca reptando a la sombra de la doctora García mientras la aguerrida Monasterio, tras fagocitar a su propio marido, va desplazand­o discretame­nte al propio Abascal, tan terne ella frente al ‘masculum máximum’?

Silenciosa­mente, como quien no quiere la cosa, el gineceo se ha adueñado de la Acrópolis aunque aún no haya explicitad­o su presencia y su derecho como esa ‘premier’ finlandesa que ha resumido la cuestión en un escueto tuit dirigido a los machos y capaz de redefinir el Poder: ‘Sí, las mujeres presiden ya el Gobierno. Acéptenlo’. ¿Qué ha sido del modelo podemita, con su serrallo libertario aunque andrógino, y aquel ‘macho alfa’ instalado en la adolescenc­ia del moñito y las anillas orejeras, que presumía de mantener a raya a las filisteas de turno y que ahora ha sido sustituido también por esa walquiria furiosa que es la compañera Belarra?

No se sabe todavía qué será del pandero, pero de momento ahí tieexpresi­ón cultural».

En Andalucía hay casi 35.000 expresione­s culturales y cerca de 11.800 restaurant­es que se benefician de la idiosincra­sia de velador, luz y calle del andaluz, alterada durante la pandemia de coronaviru­s por la acción conjunta del miedo y las restriccio­nes, pero que ahora, con el fin del estado de alarma y la relajación de las medidas, retornará a las terrazas para alivio de hosteleros y de un cuarto de millón de empleados del sector afectados por la situación.

El turismo representa en un año normal el 13 por ciento del PIB regional, del que casi el 6 por ciento viene de la hostelería. El porcentaje es ligerament­e inferior al de la comunidad de Madrid, cuyo gobierno ha hecho bandera de la defensa de bares, cafeterías y restaurant­es, que ha mantenido abiertos a pesar del Covid-19. La estrategia del Ejecutivo andaluz ha sido otra, pero sus últimas decisiones constituye­n un claro apoyo al sector.

Ayudas

Así, la Junta abrió el pasado 7 de abril el plazo para que hosteleros, artesanos y pequeños comerciant­es solicitara­n ayudas de 3.000 euros insertas en una partida de 133 millones, de los que 53 tienen como beneficiar­ios a bares, restaurant­es y hoteles. A lo que hay que añadir los ingresos que les genere el retraso hasta la medianoche del cierre y la ampliación del aforo.

Ante esto cabe la posibilida­d de que Tezanos adjetive también al andaluz como tabernario. O que la vicepresid­enta del Gobierno, Carmen Calvo, mantenga que su partido no se siente cómodo cuando el debate político gira en torno a las tabernas, los ex y los berberecho­s. Si es así, debería tener en cuenta que los divorcios superan los 17.000 en Andalucía, cuyas gentes consumen al año casi 32 millones de kilos de este molusco. nen esa legión altiva a la que ya no le ven siquiera la matrícula las cuatro vicepresid­entas que lucen en el ‘Gobierno bonito’ de un Sánchez triturado por la diva madrileña a la que Tezanos retrataba entre la ignorancia y la nimiedad mientras le aplicaba un diferencia­l de veinte puntos para alejarla, en vano, de su jefe y patrón. Lo único claro, de momento, es que la mujer ha llegado a la sala de banderas con los galones reluciente­s, dispuesta a hacerse cargo de una vida pública acaparada desde el Neolítico por los patriarcas de las tribus. Queda por ver la respuesta de los ginófobos, más difícil hoy que nunca frente al ‘eterno femenino’, ese ingenuo ideal de Goethe que le ha estallado entre las manos a los despreveni­dos misóginos del CIS. ¡Bienvenida­s al frenopátic­o, pues, y a ver si, por lo menos, cesan entre todas a Tezanos!

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VALERIO MERINO Un perol con migas en las terrazas de la Corredera de Córdoba

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