El poder «tabernario»
En 2019 los andaluces trasegaron 216 millones de litros de cerveza y cerca de 65 millones de litros de vino
Con tanto como se está hablando del zambombazo de Madrid, el desplome del PSOE, de la espantá de Iglesias y de la crisis del bipartidismo, se nos está quedando fuera de campo algo que, con el tiempo, quién puede saberlo, es posible que se descubra como su efecto más trascendental: la toma del poder por las mujeres, eso que el pobre Aristófanes llamaba ‘el mundo al revés’. Y no me refiero a las ‘femen’, esa ménades intrascendentes, sino al silencioso desembarco de esa plana mayor que se ha hecho la foto tras la homérica odisea de la presidenta Ayuso. ¿O no se han parado a considerar que, hoy por hoy, cada líder masculino de la política española tiene a su vera o encima suya a una mujer poderosa? ¿No se han percatado de que si Ayuso ensombrece desde la otra noche a Casado, Errejón debe de andar más que mosca reptando a la sombra de la doctora García mientras la aguerrida Monasterio, tras fagocitar a su propio marido, va desplazando discretamente al propio Abascal, tan terne ella frente al ‘masculum máximum’?
Silenciosamente, como quien no quiere la cosa, el gineceo se ha adueñado de la Acrópolis aunque aún no haya explicitado su presencia y su derecho como esa ‘premier’ finlandesa que ha resumido la cuestión en un escueto tuit dirigido a los machos y capaz de redefinir el Poder: ‘Sí, las mujeres presiden ya el Gobierno. Acéptenlo’. ¿Qué ha sido del modelo podemita, con su serrallo libertario aunque andrógino, y aquel ‘macho alfa’ instalado en la adolescencia del moñito y las anillas orejeras, que presumía de mantener a raya a las filisteas de turno y que ahora ha sido sustituido también por esa walquiria furiosa que es la compañera Belarra?
No se sabe todavía qué será del pandero, pero de momento ahí tieexpresión cultural».
En Andalucía hay casi 35.000 expresiones culturales y cerca de 11.800 restaurantes que se benefician de la idiosincrasia de velador, luz y calle del andaluz, alterada durante la pandemia de coronavirus por la acción conjunta del miedo y las restricciones, pero que ahora, con el fin del estado de alarma y la relajación de las medidas, retornará a las terrazas para alivio de hosteleros y de un cuarto de millón de empleados del sector afectados por la situación.
El turismo representa en un año normal el 13 por ciento del PIB regional, del que casi el 6 por ciento viene de la hostelería. El porcentaje es ligeramente inferior al de la comunidad de Madrid, cuyo gobierno ha hecho bandera de la defensa de bares, cafeterías y restaurantes, que ha mantenido abiertos a pesar del Covid-19. La estrategia del Ejecutivo andaluz ha sido otra, pero sus últimas decisiones constituyen un claro apoyo al sector.
Ayudas
Así, la Junta abrió el pasado 7 de abril el plazo para que hosteleros, artesanos y pequeños comerciantes solicitaran ayudas de 3.000 euros insertas en una partida de 133 millones, de los que 53 tienen como beneficiarios a bares, restaurantes y hoteles. A lo que hay que añadir los ingresos que les genere el retraso hasta la medianoche del cierre y la ampliación del aforo.
Ante esto cabe la posibilidad de que Tezanos adjetive también al andaluz como tabernario. O que la vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, mantenga que su partido no se siente cómodo cuando el debate político gira en torno a las tabernas, los ex y los berberechos. Si es así, debería tener en cuenta que los divorcios superan los 17.000 en Andalucía, cuyas gentes consumen al año casi 32 millones de kilos de este molusco. nen esa legión altiva a la que ya no le ven siquiera la matrícula las cuatro vicepresidentas que lucen en el ‘Gobierno bonito’ de un Sánchez triturado por la diva madrileña a la que Tezanos retrataba entre la ignorancia y la nimiedad mientras le aplicaba un diferencial de veinte puntos para alejarla, en vano, de su jefe y patrón. Lo único claro, de momento, es que la mujer ha llegado a la sala de banderas con los galones relucientes, dispuesta a hacerse cargo de una vida pública acaparada desde el Neolítico por los patriarcas de las tribus. Queda por ver la respuesta de los ginófobos, más difícil hoy que nunca frente al ‘eterno femenino’, ese ingenuo ideal de Goethe que le ha estallado entre las manos a los desprevenidos misóginos del CIS. ¡Bienvenidas al frenopático, pues, y a ver si, por lo menos, cesan entre todas a Tezanos!