Fernando de Magallanes, un visionario que murió sin ver cumplido su sueño
A pesar de que la obra ha sido escrita por ocho autores distintos, la propuesta presenta una unidad perfecta
autores con obras diferentes, pero que yo recuerde no se había hecho antes nada con una obra de una misma línea temática escrita por muchos autores». «Lo interesante de esta propuesta —prosigue— es que hemos apostado por ocho autores andaluces y hemos abordado una historia clásica de la cual se celebran ahora quinientos años».
El director de Teatro Clásico de Sevilla, Juan Motilla, destaca la labor que ha realizado Alfonso Zurro al frente de esta obra, «porque ha hecho la dramaturgia, es el que ha dado los títulos cronológicos de la historia y ha sido el que ha elaborado todo el plan para llegar a esto. Luego ha coordinado todos los textos de los autores para ver si encajaban bien en la propuesta». El propio dramaturgo añade que «la intención era que el espectador no tuviera la sensación de que ha visto dieciséis obritas. El público ve un proceso continuado de un viaje, de una aventura de una serie de personajes históricos, algunos muy conocidos y otros desconocidos, que son la mayoría de los marineros. El espectador tiene que ver ese viaje, pero luego los autores tienen cada uno una técnica de escritura, un lenguaje, etc. Eso ha habido que armonizarlo de forma que no se note mucho la diferencia, llegando a una cierta unidad para que sea muy atractivo, todo ello cargado con las posibles emociones que vivieron: las venganzas, la muerte, las cosas malas y buenas», aclara el dramaturgo.
Obra trepidante
Desde el punto de vista de la dirección, Zurro comenta que este espectáculo está resultando «una experiencia muy diferente, primero por coordinar esos textos de distintos autores y porque todo ocurre delante del espectador. Jugamos con la imaginación del espectador. Los actores están casi siempre en escena, se cambian de ropa delante del espectador e interpretan a muchos personajes a la vez. Es todo muy trepidante. Ese ritmo extenuante queremos asociarlo a la idea de que fue un viaje agotador que nunca se acababa. A lo largo de tres años pasaron muchas tragedias». «He mirado la narración que escribió Pigafetta sobre este viaje y he concluido que es una pena que en España los escritores y los artistas en general no hayan tratado más este periodo histórico porque para mí este momento fue culminante por la cantidad de sucesos que ocurrieron. Aquí hemos escritos dieciséis obritas pero podrían haber salido 140. Puedes escarbar en cualquier momento y verás que siempre sucedieron cosas impresionantes. Los navegantes
El director de Teatro Clásico de Sevilla interpreta en esta obra, entre otros, al personaje de Fernando de Magallanes. «Hace unos años hice un rodaje con la BBC en un barco en Triana. Yo entonces hacía de Pigafetta y comencé a familiarizarme con la historia, pero no lo consideré como una gesta como lo que en verdad fue y lo que supuso en cuanto a la confirmación de que la tierra era redonda y cómo eso influyó en los siguientes viajes y en el comercio. A la hora de enfrentarme a este personaje he visto que se trataba de un loco, porque alguien que se mete en un barco de esas dimensiones y dice ‘vamos a cruzar el mundo y a tirar para adelante’ no se le puede llamar de otra forma. De hecho, de los 247 marineros que partieron sólo volvieron al final dieciocho personas. Era un loco visionario que estaba convencido de que eso era así y fue a por ello. Pienso que todos esos marineros de esa época eran más o menos así. Cristóbal Colón, Núñez de Balboa y otros exploradores se movían por los mismos principios. Para mí es un reto interpretar a Magallanes. Yo lo vivo como un héroe, como alguien que tiene una visión diferente y que está dispuesto a jugarse todo por ello».
A nivel actoral, Motilla reconoce que el proceso «está siendo muy duro porque es un viaje titánico». «Aparte del descubrimiento de este viaje, está resultando una estupenda experiencia para los actores porque cada uno de nosotros podemos hacer en total unos ocho o diez personajes. También interpretamos en distintas lenguas y en distintas formas de expresión. Hay un trabajo titánico porque no paramos. Es una acción continua».
Sobre la interpretación, Noelia Diez añade que «es un espectáculo muy físico y dinámico y no se para ni un momento en escena. La gente de fuera que ha podido ver la obra tiene la sensación de que es muy dinámica y extenuante. Los actores se han tenido que preparar físicamente para los ensayos porque es una propuesta muy exigente para ellos». nunca se aburrieron en el viaje porque constantemente hubo venganzas, violencia, sexo, etc. Ellos sabían que tenían una obligación, buscar el clavo, y un destino final que cumplir».
‘La odisea de Magallanes-Elcano’ dura prácticamente dos horas y no hay ninguna pausa. Según dice Noelia Diez, socia y codirectora de Teatro Clásico de Sevilla, «no da tiempo a que el espectador se aburra porque la obra es muy dinámica y cada dos por tres pasan cosas. El espectáculo es una odisea y el público lo que está viendo son aventuras».
Para esta compañía es un riesgo montar un espectáculo como este que cuenta con una inversión de unos 120.000 euros, sobre todo en estos tiempos de coronavirus. En cada una de las funciones el Lope de Vega contará con un aforo de un tercio. Además, el sábado 15 y el domingo 16 de mayo habrá una doble
función.
Una propuesta actoral muy física Los ocho actores interpretan a un gran número de personajes durante casi dos horas seguidas en un ejercicio físico «extenuante»