Rufián eleva el tono contra el PSOE ante la expectativa electoral
Sánchez reclama a ERC que apoye la investidura de Illa para evitar elecciones
Se esperaba con expectación el primer cara a cara entre Pedro Sánchez y Pablo Casado después de las elecciones en la Comunidad de Madrid. No fue su enfrentamiento más tenso, pero sí sirvió para ejemplificar el estado de ánimo de ambos y sus estrategias. El PP busca impulsarse gracias a los resultados del 4 de mayo consolidando la idea de que el fin de Sánchez está cerca. El presidente, por contra, trasladó en todo momento su intención de agotar la legislatura: «Quedan 32 meses», repitió en varias ocasiones.
Pero fue el duelo parlamentario con Gabriel Rufián el que afloró más táctica y más movimientos de fondo con relevancia para el corto plazo. El Gobierno espera dejar atrás los malos resultados en la Comunidad de Madrid con la idea de abrir un periodo largo de estabilidad en el que poder completar el proceso de vacunación y recobrar impulso político al calor de una recuperación económica. Una mejora que Sánchez dice que ya empieza a sentirse y a la que fía la supervivencia de su proyecto. El Gobierno necesita tranquilidad, convencido de que el adiós de Pablo Iglesias servirá para calmar la coalición.
Y en este sentido, el escenario catalán vuelve a emerger como elemento distorsionador. A falta de dos semanas para que el Parlament deba disolverse, la repetición de comicios no se descarta ya en los diferentes círculos políticos de Madrid y Barcelona. Un ministro consultado reconocía en el patio del Congreso que a día de hoy las elecciones parecen un escenario muy factible.
La abstención
El Gobierno no desea este escenario por la incertidumbre que generaría. Ayer el presidente Sánchez reclamó a ERC que apoye una investidura de Salvador Illa: «Llegados a este punto, a lo mejor se podría pensar en un gobierno de izquierdas, porque hay una mayoría en el Parlament, liderado por quien ganó las elecciones, que es el candidato de los socialistas catalanes». Pinchaba en hueso. Ese apoyo no está en los planes de ERC, que ni siquiera se plantea reclamar a los socialistas que sean ellos quienes apoyen a Pere Aragonés. Al igual que fuentes socialistas insisten en que «en ningún caso» ellos se plantean apoyar a ERC. Remarcan incluso fuentes socialistas que «no estamos hablando de ningún tripartito», sino de un Govern entre los socialistas y los comunes apoyado desde fuera por ERC. Pero los socialistas saben que es imposible.
El tono de Gabriel Rufián en la réplica ejemplificó la intención de ERC de marcar distancias con el PSOE a la vez que justifica ante el mundo independentista su acercamiento a los socialistas. ¿Y una abstención para evitar elecciones? «Permitir que gobierne ERC no es nuestro proyecto, pero es que además no van a querer», dice un dirigente socialista.
Sin embargo, el debate sobre una eventual abstención del PSC para evitar elecciones está encima de la mesa como una posibilidad si ERC lo demandase. En el imaginario socialista sería un buen movimiento porque significaría una primera ruptura de bloques. Una abstención de Illa es la apuesta de Unidas Podemos. Y en el PSOE hay quienes expresan dudas. Pero desde las altas instancias del socialismo catalán rechazan esa jugada tras haber ganado las últimas elecciones. «Me toca a mí articular esa mayoría de izquierdas», dijo Illa en la víspera.
Ambiente de precampaña
En su intercambio con Gabriel Rufián, el presidente del Gobierno expresaba el deseo del Ejecutivo de que «cuanto antes» haya un nuevo gobierno en Cataluña para poder «retomar el diálogo territorial».
Pero ese ejercicio de buena voluntad por parte de Sánchez se encontró una dura réplica por parte del portavoz de ERC: «Yo no creo en ustedes. No creo en su voluntad, creo en su necesidad», dejó claro Rufián, señalando que a Sánchez «le encantaría» que en el Congreso «hubiera 15 o 20 diputados de Cs».
Tras la dura intervención de Rufián, Sánchez se preguntaba si estamos en precampaña en Cataluña: «Espero que no». La situación en Cataluña se está
Pedro Sánchez
complicando. Los independentistas no se ponen de acuerdo y apenas quedan dos semanas para que termine el plazo para que alcancen un acuerdo para formar un nuevo Govern. La posibilidad de la repetición electoral desagrada al Ejecutivo de coalición, que considera que prolongaría la excepcionalidad de la legislatura y dificultaría la posibilidad de armar mayorías en el Congreso de los Diputados.
Un miembro de la dirección socialista se reconocía ayer «preocupado» porque interpretaba que el portavoz Rufián «venía hoy aquí para mandar
«A lo mejor se podría pensar en un gobierno de izquierdas, porque hay una mayoría en el Parlament, liderado por quien ganó las elecciones, que es el candidato de los socialistas»
«No creo en ustedes. No creo en su voluntad, creo en su necesidad», dijo el portavoz de ERC al señalar que a Sánchez «le encantaría» que «hubiera 15 o 20 diputados de Ciudadanos»
un mensaje a su electorado». Los socialistas catalanes no creen que el acuerdo de mínimos que ayer se plasmó entre las tres fuerzas independentistas signifique que el acuerdo esté más cerca.
En el Gobierno se muestran convencidos de que una repetición electoral podría ser beneficiosa para los intereses electorales del PSC. «Renovaríamos la primera fuerza y con más margen», opina un dirigente que cree que el electorado independentista podría penalizar «la falta de acuerdo entre los suyos».
Sin embargo, pese a ese diagnóstico electoral favorable para el PSC, en el Ejecutivo prima la preferencia por evitar otro parón en los ritmos de la legislatura con incierto horizonte. El Gobierno quiere empezar a trabajar en una agenda legislativa que le permita recuperar la iniciativa política. Y para ello el Gobierno de coalición necesita en el Congreso de los Diputados los votos de ERC para garantizar su tranquilidad parlamentaria. El Ejecutivo tiene la intención de volver a plantear unos Presupuestos para 2022, para los que ERC vuelve a ser necesario para a la vez preservar la coalición.