Escrivá pretende que los autónomos coticen entre 90 y 1.220 euros al mes
La nueva fórmula acaba con la elección voluntaria de base de cotización
El acuerdo «inminente» que anunció el martes el ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, en torno a la primera parte de la reforma de las pensiones comenzó a complicarse tan solo unos pocos minutos después de sus palabras. Los agentes sociales recibieron un ‘borrador de acuerdo’ con medidas ‘sorpresa’ que han supuesto un retroceso en las negociaciones para reformar las pensiones, además de enfurecer a las organizaciones de autónomos, que no recibieron el texto y no han sido consultadas, pese al compromiso del Gobierno de hacerlo.
En su ‘borrador de acuerdo’ el ministro de Seguridad Social plantea que la cuota de los trabajadores autónomos oscile entre 90 y 1.220 euros mensuales una vez finalizado un periodo transitorio de nueve años. En 2023 se establecería una cotización intermedia por tramos que irá creciendo en función de los ingresos. Según las tablas propuestas, los autónomos con rendimientos de 3.000 euros o menos
El gobernador del Banco de España apuesta por un nuevo Pacto de Estabilidad y Crecimiento mejorado
Ptendrán una cuota de 200 euros al mes en 2023, que irá ascendiendo hasta 245 euros para los que tengan unos ingresos de entre 9.000 y 12.600 euros. Para tramos superiores, la cuota asciende a 260 euros mensuales (hasta 17.000 euros de ingresos anuales), hasta 380 euros (para ingresos de 47.000 a 48.841 euros) y 400 euros para ingresos superiores. La nueva cotización, que acabaría con la libre elección de la base de cotización, da opción a que el trabajador pueda modificar su tramo «seis veces a lo largo del año».
«En ATA no hemos recibido ninguna propuesta en la que se incluya el diseño del nuevo sistema de cotización», denunció ayer el presidente de la organización, Lorenzo Amor, idéntica crítica a la que hizo el presidente de UPTA, Eduardo Abad. Amor calificó el plan del ministro de «desleal» y «mal diseñado» y auguró que «acabará en una trituradora». Explicó que no es una propuesta de cotización por ingresos reales aquella en la que un autónomo que tenga un rendimiento neto de 3.000 euros anuales en 2023 pague 2.400 euros a la Seguridad Social (200 al mes) porque «eso es trabajar para la Seguridad Social». Y añadió que tampoco es cotizar por ingresos reales que en 2031 un trabajador que tenga un rendimiento neto anual de 49.000 euros tenga que pagar 1.225 euros al mes y el que recibe 12.000 euros menos
robablemente en 2023, la UE restablezca el Pacto de Estabilidad y Crecimiento que limita el déficit y la deuda de los gobiernos, pero quizá no sea el mismo acuerdo que hemos conocido. La discusión sobre su reforma ya está abierta. Y más allá de si los números canónicos (3% de déficit anual y 60% del PIB de deuda) deben seguir siendo los mismos, hay nuevos mecanismos que deberían contemplarse tras lo aprendido (37.000 euros), pague 620 euros, la mitad. «Es inaceptable y el Gobierno vuelve errar», apuntó. En esta línea Abad calificó de «barbaridad» la propuesta del ministro de Seguridad Social y añadió que «de ninguna de las maneras puede hacerse una progresión de aplicación en un periodo de nueve años porque es excesivamente largo y no lo tratado». El documento planteado por Escrivá plasma algunas de los avances en la negociación que han acercado al acuerdo a los sindicatos, como la retirada de la fórmula de revalorización con el IPC que planteaba absorber las ganancias de poder adquisitivo de los años de inflación negativo en los ejercicios venideros. Pero, sin embargo, no incluye cambios suficientes como para convencer a los con la crisis financiera y la pandémica. Este es, a mi juicio, el mensaje más novedoso que dejó el gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, en el diálogo que sostuvo en el Aula de Liderazgo que organiza la Universidad Francisco de Vitoria y el Instituto Atlántico de Gobierno (IADG) que dirige el expresidente José María Aznar. El gobernador explicó que él ve tres cosas que se deben incorporar en la revisión de este pacto: «un elemento supranacional» que coordine o controle las políticas fiscales de los gobiernos, un mayor nivel de deuda pública ligado al mantenimiento de bajos tipos de interés y, lo más llamativo, un mecanismo que permita que se generen mayores márgenes de maniobra en las épocas de bonanza.
La ausencia de una disposición de este tipo es lo que ha hecho que España haya sido sorprendida por la pandemia con unos niveles de déficit estructural y deuda que la han llevado a cruzar todas las líneas rojas. Esta cuestión es importante, porque la política monetaria necesita un correlato fiscal si no queremos que la maquinaria del euro acabe descoyuntada. La doctrina del gobernador ya es conocida: es necesario tomar medidas para compensar el gasto en pensiones que aumentará entre tres y cinempresarios, que ni comulgan con la jubilación forzosa en los convenios, ni con castigar las prejubilaciones.
Jubilación forzosa a los 68
El ministro ya ha puesto sobre la mesa de negociación varios documentos para reformar las pensiones y lo cierto es que el nuevo texto lima su propuesta para la jubilación forzosa a los 68 años, pero tampoco ha logrado contentar a CEOE, en contra de está penalización. El ‘borrador de acuerdo’ mantiene que la negociación colectiva no podrá obligar al trabajador a jubilarse con menos de 68 años, pero da marcha atrás y elimina el requisito de fijar un régimen transitorio para las cláusulas que han sido pactadas antes de que entre en vigor la reforma de pensiones. co puntos del PIB en 30 años; hay que volver a encauzar el déficit estructural, cuyos esfuerzos de reducción ya estaban decayendo antes de que Pedro Sánchez llegara al Gobierno y que probablemente alcanzará a cinco puntos del PIB con la pandemia, y es necesario desarrollar ya un plan de consolidación fiscal que anticipe que el Gobierno intentará volver a meter la pasta de dientes dentro del tubo cuando la situación se normalice. Sin duda que todo esto sería mucho más fácil de conseguir si la economía española creciera, pero eso supone «afrontar las razones por las que el crecimiento potencial de España es reducido».
Para Hernández de Cos no cabe la menor duda de que pertenecer al euro le ha permitido a España capear mejor las dos grandes crisis económicas de este siglo. A su juicio, a la moneda única le sigue faltando un mecanismo de estabilización común, un fondo de garantía de depósitos europeo y una mayor integración de los mercados de capitales.
Cuando se le preguntó a Aznar si alguna vez se imaginó los cambios económicos e institucionales que se podían producir cuando se empeñó en meter a España en el euro hace dos décadas, contestó con un estilo inequívocamente de Aznar: «Sí».
jmuller@abc.es