Sánchez justifica los indultos en la unidad y culpa al PP del golpe
Casado le reprocha que «no se puede caer más bajo» y Abascal augura que acabará ante los tribunales
Por la convivencia, por la concordia y ahora por la integridad territorial. Pedro Sánchez va sumando justificaciones a los indultos durante la cuenta atrás activada hasta que el Consejo de Ministros los conceda. Tras la macromanifestación de este domingo en la plaza de Colón, el presidente intenta contener la movilización ciudadana asegurando que los indultos persiguen la unidad de España y que son las políticas del PP las que ponen en riesgo la integridad territorial.
Con este esquema en la cabeza, el líder socialista aseguró que la Constitución mandata «negociar dentro de la legalidad democrática, dentro del respeto a la Constitución, para garantizar y salvaguardar la integridad territorial y la unidad de España que el Gobierno del PP con su indolencia también puso en cuestión hace cuatro años». El líder socialista aportó datos en su argumentación: los dos referendos ilegales, la declaración unilateral de independencia y las leyes de desconexión aprobadas cuando Mariano Rajoy gobernaba frente al «cero» de todo ello en la etapa socialista.
Casado tampoco dejó pasar el paseíllo de Sánchez y el presidente de Estados Unidos en la Cumbre de la OTAN y le avisó de que «su penoso monólogo de 29 segundos detrás de Biden causó vergüenza ajena a todo el mundo». Tras el líder popular tomó la palabra el presidente de Vox, Santiago Abascal, que auguró que Sánchez «acabará pagando» en los tribunales la «ilegalidad» de los indultos. A su juicio, perdonar a los condenados por el 1-O situará al líder socialista al margen de la ley porque es «injustificado» y no solicitado por los condenados, «que no han pedido perdón y que solo han mostrado el propósito de volver a delinquir». Sánchez le replicó acusándole de añorar el franquismo.
Minutos después, la vicepresidenta Carmen Calvo utilizaba la misma estrategia que el líder socialista y aseguraba a la portavoz popular, Cuca Gamarra, que «llevaron a este país a una crisis que es suya» porque, según Calvo, actuaron «con desidia, sin respetar a la propia sociedad catalana» y «sin tener ningún interés en cómo abrochar Cataluña a España». Gamarra replicó acusando a Calvo de intentar hacerles creer «que trabajan para conseguir el bien y solo buscan su bien», y advirtió de que el Gobierno está sirviendo de «tonto útil» para que los independentistas «destruyan la legalidad vigente». Desde Ciudadanos, Inés Arrimadas denunció que el Ejecutivo está centrado en los indultos y no en los problemas de los españoles y acusó al sanchismo de vaciar al PSOE «de principios y moral para rellenarlo de instinto de supervivencia».
Al término de la sesión de control, centrada en el futuro perdón a los condenados por sedición y malversación, el Gobierno ganó otro balón de oxígeno en las votaciones. La mayoría del Congreso, como se preveía, tumbó la moción del PP con la que los populares pretendían que la Cámara Baja instase al Ejecutivo a no conceder los indultos a los autores del intento de secesión en 2017.
El PSOE y Podemos votaron junto a sus socios nacionalistas e independentistas e impidieron que el Legislativo pidiese al Ejecutivo poner fin a sus planes. 190 votos en contra de la iniciativa de los populares, 152 a favor y dos abstenciones fueron suficientes para que Sánchez recibiese un espaldarazo. Ni la unidad de voto de PP, Vox y Ciudadanos fue capaz de presionar al presidente del Gobierno. El debate, celebrado la noche del martes, ya dejó a las claras que los indultos cohesionan a la ‘mayoría Frankenstein’.