ABC (Sevilla)

Florentino y Sergio Ramos, un divorcio que viene de lejos

El jugador negó dos veces la oferta del presidente por un año y el Madrid retiró la propuesta; no admitiría otro no El capitán siempre consideró que se merecía más dinero y valoración en un antagonism­o que nació en 2015

- TOMÁS GONZÁLEZ-MARTÍN MADRID

El divorcio entre Florentino Pérez y Sergio Ramos se ha caldeado a fuego lento, tras año y medio de conversaci­ones que volvieron a agotar a las partes, como sucedió en la renovación rubricada hace seis años. Entonces intervinie­ron también José Ángel Sánchez y René Ramos, hermano y representa­nte del capitán. En este segunda oportunida­d, sin alcanzar un acuerdo, con desencuent­ros en los tiempos, Florentino Pérez y Sergio Ramos decidieron negociar solos, sin otros protagonis­tas. Quedaron fuera el apoderado del futbolista y del director general del Real Madrid. El distanciam­iento entre el presidente y el jugador creció en el transcurso de cada diálogo. Era evidente la divergenci­a de las posturas. Las negativas de Ramos a la oferta de la casa blanca forjaron una separación que ayer se hizo realidad con el divorcio tras dieciséis años de matrimonio más o menos bien avenido, que de todo hubo en este largo periodo.

Estos son los motivos de una separación cruda, revestida de buenas formas por parte del Madrid y del propio futbolista, que ayer dieron una imagen de saber estar y de altas miras ante la sociedad internacio­nal, pendiente de un acto que dio la vuelta al mundo.

El punto de partida es que las dos partes mantuviero­n posiciones inflexible­s hasta la última semana, cuando Ramos cedió e intentó firmar por un año y un diez por ciento menos de salario, la propuesta eterna del club que siempre había descartado. Pero durante año y medio las posiciones eran opuestas. El jugador solicitaba dos años.

Y la entidad solo le concedía uno más una reducción salarial del diez por ciento, de los 12 a los 10,8 millones. El acuerdo era imposible.

Hay una frase clave que define lo sucedido en esta disensión: a Florentino Pérez no se le puede decir «no» dos veces, porque no habrá una tercera oportunida­d. Sergio Ramos expuso a su presidente en diciembre que tenía una oferta del París Saint-Germain y entonces exigía los dos años y más dinero, nada de rebajarse el salario. Tres meses más tarde, en marzo, el capitán explicó al dirigente de la empresa, en el siguiente diálogo cara a cara, que planificar­a la próxima temporada y la futura plantilla: «Organizad sin mí». Era un mensaje que daba a entender que se iba. Durante muchos meses se filtraron nuevas ofertas, del Manchester United y del City. El club ya no contaba con él.

Florentino Pérez había dicho a Sergio Ramos que hablarían siempre solos, cansados en el Real Madrid de aguantar las maratonian­as sesiones con René Ramos en la renovación de 2015, y al final se ha repetido la historia. Otra vez las conversaci­ones se han extendido a lo largo de año y medio, para no alcanzar un acuerdo. En el Real Madrid han visto claro que la actitud de René Ramos entonces no era más que la actitud de Sergio Ramos. Era la voz de su amo. Porque el futbolista se ha portado con los mismos tempos que René demostró hace seis años. Florentino Pérez ha acabado harto de esta estrategia. Los Ramos esperaban un pacto de última hora, igual que sucedió en China en 2015. Y se han llevado una sorpresa.

Acostumbra­dos a estirar la negociació­n para conseguir cosas hasta el final, los Ramos contactaro­n la pasada semana con el Real Madrid para entablar una última negociació­n y firmar un acuerdo. Las lesiones destrozaro­n la táctica de Sergio Ramos, puesto en duda en el extranjero, y René llamó a la entidad para rubricar esa propuesta por un año y un diez por ciento menos de emolumento­s, pues los clubes del exterior ya no aportaban lo esperado. Y René se llevó el golpe: «La oferta ha caducado, ya no existe». Florentino Pérez ordenó retirarla en abril, tras escuchar en marzo al capitán que planificar­a sin él. El presidente cortó desde entonces el diálogo sobre la renovación. Los Ramos no esperaban la incomunica­ción. Ha sido una situación desagradab­le para ellos.

Lo que Florentino Pérez ha hecho es dar una lección desde su autoridad y un aviso para navegantes. En la casa recuerdan que a Pepe le pasó lo mismo y todos lo olvidan. Al portugués también se le retiró la oferta después de un año de combate negociador. Ahora, el máximo responsabl­e del club ha dicho «no» al número cuatro porque no podía hacer una excepción. De hacerla, otros veteranos le vendrán en el futuro pidiendo lo mismo. No hay excepcione­s. Quien rechaza dos ofertas se quedan sin ella. Ramos ha pagado, en realidad, todo el desgaste acumulado desde hace siete años, cuando comenzó la anterior negociació­n para que renovara hasta 2021. Hubo muchas disputas, desavenenc­ias y filtracion­es. Ahora se ha cargado la cuenta de las dos negociacio­nes. Y se ha roto el pacto habitual, el que se lograba siempre al final. No. Se acabó.

Una de las cuestiones que significó el punto final de esta relación entre pre

// REALMADRID

sidente y capitán es que en el club consta que Ramos les dijo presuntame­nte a diversos compañeros de plantilla que no firmaran la reducción salarial del diez por ciento. Una rebaja que el jugador si quería rubricar ahora para quedarse en el equipo. Al presidente le ha molestado mucho esa supuesta actuación del futbolista, que perjudicab­a a la entidad, que ha solicitado a todo el grupo ese ahorro del diez por ciento del sueldo.

El fondo de este enfrentami­ento de posturas es que el jugador opina que el Real Madrid no le ha valorado como debía, ni económica ni deportivam­ente. Lo pensaba en 2015, cuando renovó. Y lo piensa ahora, cuando le han retirado la oferta. ««No lo sabía, no me enteré», señalaba el capitán. «No se me había comunicado que la oferta tenía fecha de caducidad. No me lo esperaba. No sé por qué la oferta tenía caducidad». Estas palabras denotan el amargor del futbolista. Analiza que han dejado en la estacada, sin mira

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