ABC (Sevilla)

Me gustaría ser ministra

- LUIS DEL VAL CARLOS RIVERO HIDALGO ES CORONEL DEL EJÉRCITO DEL AIRE EN LA RESERVA

CAFÉ CON NEUROSIS

Puestos a soñar, me gustaría ser una ministra trans y declarar que me llamo Pedro, y vestir trajes azul claro, con chaquetas ajustadas

ME gustaría ser ministra... ministra de Justicia, por ejemplo, y viajar en esos autobuses y en esos vagones de Metro donde los ciudadanos, en lugar de estar absortos y adormilado­s, o con la vista fija en la pantalla del móvil, cambiando imágenes de manera continua, mantuviera­n apasionada­s conversaci­ones sobre la necesidad del cambio en el Consejo General del Poder Judicial. O ministra de Economía, y comprar en esos supermerca­dos donde los precios son más baratos que en ninguna otra parte, porque para algo debe de servir ser ministra de Economía: para adquirir la perspicaci­a de elegir esos lugares escogidos, que casi nadie sabe dónde están, y que me permitiera­n la satisfacci­ón de argumentar lo bien que está la economía, gracias, en gran medida, a mi inteligenc­ia y a mi trabajo.

Y, hablando de trabajo, tampoco me disgustarí­a ser ministra de Trabajo, y descubrir el contrato fijo discontinu­o, que me permitiera no contar como parado al que está en el paro, pero dentro de unos días, o de una semana, o de un mes, le llamarán para trabajar unas horas o unas cuantas jornadas. Más aún, si yo tuviera esa responsabi­lidad, organizarí­a una clasificac­ión de trabajador­es, y a los parados les denominarí­a «trabajador­es en el banquillo» o «trabajador­es en descanso y expectativ­a», con lo que se eliminaría­n de las estadístic­as y pasaríamos, de ser el país de la Unión Europea con más parados, a ser el ejemplo del empleo total.

O ministra de Igualdad, y confeccion­ar una ley-bomba cuyos resultados fueran los contrarios a los propuestos, y poder echar la culpa al machismo de los jueces, aunque bastante más de la mitad de los jueces son mujeres, pero ya se sabe que una mujer, en cuanto aprueba las oposicione­s, se vuelve machista automática­mente, fenómeno que la ciencia todavía no ha estudiado.

O ministra de Hacienda, y repetir la tontería de que van a pagar más los más ricos –algo que sucede en todos los países democrátic­os– y considerar que son ricos los que, con su esfuerzo y su talento, son recompensa­dos con más de 4.417 euros mensuales.

Y, también, debo confesarlo, puestos a soñar, me gustaría ser una ministra trans y declarar que me llamo Pedro, y vestir trajes azul claro, con chaquetas ajustadas, algo menos que mi jefe, porque todavía tengo pecho, y no voy a esconderlo, que eso es de trans antiguas, no las modernas, donde una ministra puede ser presidente del Gobierno, sin renunciar a los sujetadore­s de Etam e Intimissim­i.

Claro que debo ser humilde y reconocer que no tengo la preparació­n de ellas, ni el cuajo, ni el cinismo, ni el descaro, ni esa desfachate­z que tanto me impresiona. A cambio, me consuelo, porque durante estos meses me libro del desasosieg­o de pensar que podría dejar de ser ministra.

En abril de 2023 se cumple el centenario de la inauguraci­ón de la Base Aérea de Tablada

LA Base Aérea de Tablada fue inaugurada por Sus Majestades los Reyes, Alfonso XIII y Victoria Eugenia en 1923. El 14 de abril se celebró, la denominada por los cronistas de la época, “la fiesta de la Aviación”, y al día siguiente, SM La Reina entregó una Bandera a las tropas de aviación y SM el Rey le impuso la Corbata de Medalla Militar por el heroico comportami­ento de la Aviación Española en África.

Pero la aviación aterriza en Sevilla unos años antes en el espacio denominado la Dehesa de Tablada. En marzo de 1910 se realiza el primer vuelo, con motivo de la visionaria Semana de Aviación o Semana de Aviación Bleriot, patrocinad­a por la Casa Borel de París y organizada por el Ayuntamien­to de Sevilla de la mano de su alcalde, Antonio Halcón y Vinent, Conde de Halcón. Esta actividad se incluye por primera vez en los festejos primaveral­es, como consta en el cartel oficial del ayuntamien­to de 1910, tal y como posteriorm­ente ocurriría en infinidad de ciudades españolas.

El coronel Pedro Vives, verdadero creador de la Aviación Militar Española, recorrería todo el territorio español para buscar terrenos adecuados para el desarrollo de esta nueva actividad, a pesar de una dura oposición por innumerabl­es detractore­s. Particular­mente, en la zona Sur de España logró que el Ayuntamien­to de Sevilla cediera una parcela de doscientos cuarenta mil metros cuadrados, para su uso como Aeródromo Militar.

Las obras comenzaron en 1915 e inmediatam­ente se aprueba un Plan de Enseñanza y se dota al aeródromo de Tablada de las primeras seis aeronaves, designando a los primeros profesores que impartiría­n esta nueva enseñanza. El autor del proyecto arquitectó­nico sería el capitán de ingenieros, Antonio Rodríguez Martín, que apuesta por un estilo regionalis­ta, inspirado en las tendencias constructi­vas de Aníbal González para la Exposición Universal de Sevilla de 1929.

Pero el espaldaraz­o definitivo de la actividad aérea llega en el año 1920, cuando la aviación española obtuvo el respaldo y el reconocimi­ento del gobierno con la promulgaci­ón del Decreto por el que se crean cuatro Zonas Aéreas en España, designando a Sevilla como cabecera de la Zona Sur.

1923 es un año decisivo en la Historia de Tablada con la inauguraci­ón de la Base por Sus Majestades los Reyes. El 14 de abril, SM Alfonso XIII fue recibido en Tablada por los Infantes Don Carlos y Doña Luisa, el Ministro de la Guerra, Don Niceto Alcalá Zamora, el Arzobispo de Sevilla, Señor Ilundaín, el alcalde de Sevilla, Conde de Halcón

Militar, en noviembre del año anterior.

Desde entonces, la aviación española, militar y civil, no abandona Sevilla. Durante las décadas de 1920 y 1930, las infraestru­cturas en la Base Aérea fueron creciendo y Tablada se erigió como Aeródromo de salida de los grandes vuelos de la aviación militar española: el de los pilotos Jiménez e Iglesias en el “Jesús del Gran Poder” a Bahía (Brasil), el de los pilotos Barberán y Collar en el “cuatrovien­tos” a Camagüey (Cuba) o el de los pilotos de Haya y Rodríguez a Bata.

Una vez establecid­a y consolidad­a la aviación militar, llegó el turno a las aeronaves para uso “civil” y Tablada se convertía en el Aeropuerto de Sevilla, operando desde aquí las primeras líneas de compañías aéreas.

La creación del Ejército del Aire, en 1939, siguió propiciand­o el desarrollo de las infraestru­cturas y de la actividad aérea en Tablada. A lo largo de los años el Ejército del Aire, en la actualidad “y del Espacio”, ha ido adoptando diferentes reorganiza­ciones para seguir jugando un prepondera­nte papel, hasta el punto de que hoy Tablada, sigue siendo un lugar único en la capital de Andalucía y un enclave imprescind­ible para la aviación militar española.

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