ABC (Sevilla)

«El médico no debe colaborar en provocar la muerte»

▶ El doctor Hernández recuerda que, frente a la eutanasia, están los cuidados paliativos, que evitan el dolor

- Ángel Hernández Gil M. M. TEROL SEVILLA

Presidente de la Comisión Andaluza de Deontologí­a Médica

—¿Cuál es la postura de los médicos andaluces sobre la eutanasia?

—Nosotros nos hemos manifestad­o en varias ocasiones. Desde 2019 decimos lo mismo que el Consejo General de Médicos y que la Asociación Médica Mundial: máximo respeto por la vida. El médico no debe participar ni directa ni indirectam­ente en ningún proceso que lleve a cabo la muerte. No debe provocar ni colaborar intenciona­lmente en provocar la muerte de un paciente.

—La eutanasia, ¿es un acto médico?

—Nosotros defendemos que no lo es.

—¿Por qué?

—No entra dentro de las finalidade­s que tiene la Medicina desde hace milenios. Los fines de nuestra profesión son prevenir, curar, paliar y tratar a los enfermos. Nunca provocar la muerte.

—Entonces, ¿lo descartan como algo que deba ejercer el médico?

—Sí, matar a las personas no es una finalidad de la Medicina.

—¿Qué alternativ­a proponen a la eutanasia para quien va a su médico pidiendo la muerte asistida?

—A los pacientes que vienen a la consulta preguntand­o por la eutanasia, cuando les explicas lo que es, te dicen que no lo quieren. Lo que ellos quieren es no sufrir, no pasarlo mal. Y la Medicina sí que puede dar alternativ­as, acceso a tratamient­os que evitan ese sufrimient­o. Si alguien enfermo rechaza un tratamient­o, por ejemplo alguien con cáncer que no quiere tratarse porque está muy avanzado, hay que respetar su decisión. Y ayudarle a que sus últimos momentos no supongan dolor. Pero no ayudarle a morir. No es lo mismo.

—¿En qué sentido?

—La sedación paliativa, por ejemplo, es un deber deontológi­co para el médico. Si un paciente tiene dolor, hay que aliviarle aunque eso suponga que la persona pierda la conscienci­a o que se acorte su vida. Hay que darle los fármacos más potentes que tengamos para ayudarle a no sufrir.

—¿Y hay quien confunde la sedación con la eutanasia?

—Eso es. La gente cree que son lo mismo y cuando les explicas que con ese tipo de tratamient­os no van a sufrir al final, que van a estar atendidos... Cuando entienden eso, ya no quieren la eutanasia, quedar el martes a las seis de la tarde con el médico para que le dé un cóctel de medicinas tan concentrad­os que le produzcan la muerte. Eso no lo quiere nadie.

—¿Y si resulta que hay quien sí lo quiere? El año pasado fueron 29 los andaluces que murieron por eutanasia...

—Si alguien lo quiere, ¿por qué tiene que ser el médico quien acabe con la vida del paciente? ¿No puede ser otro? Incluso el propio paciente. ¿Por qué hay que vincular la Medicina a la muerte? Nosotros nos dedicamos a curar.

—¿Quién debería encargarse entonces de aplicar la eutanasia?

—En otro países está regulado el suicido asistido. Y si el paciente no quiere hacerlo él mismo, puede designar a un familiar, a un tercero, a una persona de su confianza... O incluso a otro sanitario que esté dispuesto a hacerlo. Lo que yo pregunto es por qué hay que ligar Medicina y muerte. En España fallecen cada año 4.000 personas por suicidio. Pero si una persona quiere acabar con su vida y va a su médico de cabecera, no le va a ayudar. Le quitará la idea de la cabeza, no le dice cómo hacerlo ni colabora.

—Solo hay unos 800 médicos apuntados en la lista de objetores a la eutanasia pero en Andalucía hay más de 40.000 doctores...

—Sí, en Andalucía hay 45.000 médicos colegiados. Pero aunque no estén registrado­s hay muchos otros que se oponen. No hay que estar en esa lista para poder negarse a participar en un proceso de eutanasia. Son más de 800 los objetores, aunque no estén en la lista.

“«A los pacientes que vienen preguntand­o por la eutanasia, cuando les explicas lo que es, te dicen que no lo quieren»

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