ABC (Sevilla)

El PSOE se reactiva a golpe de BOE, pero asume que la grieta en su izquierda lo puede condenar

▶ Ferraz se ve con opciones en Valencia y Barcelona pero ve peligrar Aragón y Baleares

- VÍCTOR RUIZ DE ALMIRÓN VALENCIA

El PSOE vive un clima muy distinto al de hace un año. La Conferenci­a Política de Zaragoza con la que comenzó el presente curso político en septiembre se desarrolló en un ambiente muy distinto. El derrotismo de esos días ha dejado paso este fin de semana a un análisis que mezcla casi a partes iguales el optimismo con la cautela. El 28 de mayo demostrará si las sensacione­s que hoy reinan en el PSOE son o no un espejismo. Pero lo cierto es que el ambiente en buena parte del partido es bueno.

Todo puede pasar. Pero la sensación es que algo ha cambiado. El partido y sus cargos transmitía­n un sentimient­o de haberse contagiado de la multiactiv­idad de Sánchez. Saben que su figura es divisiva, que polariza y moviliza a la derecha. Que hay algo en él que genera distancia. Pero también tiene otra cosa: es el presidente del Gobierno y desde el BOE puede marcar la agenda política. Las dudas internas que Sánchez pueda despertar no alcanzan a su política económica y social, que es refrendada de forma unánime. Tras el acuerdo para aprobar la ley de vivienda, ayer anunció que el martes el Consejo de Ministros movilizará 50.000 viviendas de la Sareb para destinarla­s a «alquileres asequibles». Y no será la única bala que Sánchez guarda en la recámara. En los próximos días buscará nuevos golpes de efecto.

Es el PSOE una organizaci­ón muy ambivalent­e y extrema en su estado de ánimo. Hace no tanto la reforma de la sedición y la malversaci­ón fueron un trago muy amargo en la mayoría de territorio­s. Después llegaron las consecuenc­ias de la ley del ‘solo sí es sí’ y una reacción lenta, a ojos de muchos, por parte del Gobierno. Pero casi sin solución de continuida­d el ánimo parece recobrarse. Los presidente­s autonómico­s, ausentes este fin de semana en Valencia, juegan su propia partida. Hay un pacto tácito para escenifica­r esa autonomía. Ximo Puig, el único mandatario regional presente ayer en la cita por su condición de anfitrión, lo evidenció ayer. Elogió muchas de las medidas del Gobierno. Pero no renunció a plasmar delante de Sánchez su demanda de una nueva financiaci­ón autonómica. Ni obvió el gran elemento de choque que tiene ahora con La Moncloa: el trasvase Tajo-Segura, que la Generalita­t ha recurrido ante el Constituci­onal.

Los alcaldes y los candidatos a alcaldes, por contra, no objetaron nada. Absolutame­nte rendidos a Sánchez y su proyecto. La sensación que en las distintas conversaci­ones privadas se extrae de las últimas 72 horas es clara: en el PSOE se ven con opciones de retener sus principale­s feudos. Tanto autonómico­s como municipale­s.

Eso sí, nadie se llama a engaño. El resultado del próximo 28 de mayo va a ser muy ajustado. Y eso hace que nada esté garantizad­o. La gran ciudad que gobierna el PSOE es Sevilla. Se confía mucho en el tirón de Antonio Muñoz para revalidar. Del mismo modo que en el perfil de Óscar Puente en Valladolid. Ambos bordean la mayoría absoluta. Pero en caso de no lograrla sus esperanzas tienen que ver con la fuerza que tengan allí sus marcas asociadas a Podemos e Izquierda Unida. Esa dependenci­a y la debilidad que trasluce ese espacio pone casi todo en cuestión. Durante la convención municipal los alcaldes y candidatos locales han mostrado mucha confianza en sus fuerzas propias. Las dudas son transversa­les en función del territorio. Pero hay dos sitios en los que el universo Podemos es drásticame­nte distinto. En primer lugar en Valencia. Podemos ya no tiene representa­ción en la capital del Turia. La partida será PSOE y Compromís por un lado y PP y Vox por otro. La ciudad es uno de los grandes objetivos de Génova. Todo se va a decidir por un concejal. El PSOE maneja un sondeo interno que sitúa a Sandra Gómez, actual vicealcald­esa, ya por encima de Joan Ribó dentro de su bloque y con la suma por delante de la derecha.

La otra gran ambición es Barcelona. Aquí Jaume Collboni y el PSC circulan por otro carril. Los socialista­s ven un fuerte desgaste de Ada Colau que podría hacerla caer hasta la tercera posición. Ahí las opciones de pacto son variadas. En el lado opuesto se sitúan gobiernos regionales como los de Aragón y Baleares. En el PSOE los ven en peligro. Esto también afecta a Extremadur­a. Aunque se confía en la composició­n sociológic­a de una región que nunca ha tenido mayoría de derechas. Se advierte también del riesgo que corren quienes necesitan sí o sí mayoría absoluta. Esencialme­nte Emiliano GarcíaPage.

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Pedro Sánchez junto a algunos de los alcaldes y candidatos municipale­s del PSOE // EP

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