La paradoja italiana: se necesitan inmigrantes para bajar su deuda
▶El ministro de Economía del Gobierno de Meloni precisa que los flujos migratorios son decisivos, pero se necesitan políticas de integración ▶Se contradice, así, décadas de propaganda de los ultraderechistas Más irregulares Crisis demográfica
Italia necesita inmigrantes para salvar su economía, en particular la deuda pública y el futuro pago de las pensiones, teniendo en cuenta que los italianos cada día tienen menos hijos. Mientras el Gobierno de Giorgia Meloni se aplica para contener la inmigración irregular, con resultados poco satisfactorios (en 2023 desembarcaron 32.769 inmigrantes, un aumento del 300%), el propio Ejecutivo afirma que Italia necesita más extranjeros para reducir la astronómica deuda pública.
La preocupación de la opinión pública por el constante aumento de la inmigración, motivó que el propio Ejecutivo declarara la pasada semana el estado de emergencia nacional durante al menos seis meses, y nombró a un comisario extraordinario para gestionar los flujos migratorios. Después de esa declaración de emergencia migratoria,
En lo que va de año, en los puertos Italianos han desembarcado cerca de 33.000 inmigrantes, lo que supone un aumento del 300% del flujo migratorio con respecto al año anterior. Esto provocó que, la pasada semana, Meloni decretara el estado de emergencia durante seis meses. Esa medida hasta la fecha solo se aplicaba en caso de catástrofes naturales. el Ministerio de Economía y Finanzas, dirigido por Giancarlo Giorgetti, número dos de la Liga de Matteo Salvini, asegura que la estabilidad de las finanzas públicas italianas dependerá de los flujos migratorios en los próximos años.
Texto aprobado
La llegada de población extranjera en edad de trabajar podría reducir la deuda pública hasta en 30 puntos en relación con el Producto Interior Bruto (PIB), que se sitúa en el 148%. Así está escrito en el Documento de Economía y Finanza (DEF), que constituye el principal texto de programación de la política económica del Gobierno y acaba de ser aprobado por el Ejecutivo.
La receta es conocida por los economistas y expertos en demografía. Pero lo sorprendente es que ahora también sea aceptada y compartida por el Gobierno más a la derecha de la historia republicana, señalan medios italianos. Se desmienten sobre todo décadas de propaganda de los ultraderechistas de la Liga, encabezados por su líder Matteo Salvini. Ahora, su número
La población de Italia ha bajado de los 59 millones, cinco de los cuales son extranjeros. Por primera vez desde la unidad del país, en 2022 los nacimientos cayeron por debajo del umbral de los 400.000. Hay siete recién nacidos por cada doce fallecidos. dos afirma que más inmigrantes equivalen a menos deuda pública.
Pero la curiosa ecuación, con resultado inversamente proporcional, es la síntesis de estos cálculos que hace el Ministerio de Economía y Finanzas: un aumento del 33% en la población de origen extranjero haría que la deuda pública bajara 30 puntos; si, por el contrario, la contribución de la inmigración al número total de residentes extranjeros en Italia descendiera del 33%, la deuda pública aumentaría casi 60 puntos. El DEF precisa que «los flujos son decisivos, pero se necesitan políticas de integración en las escuelas y en los lugares de trabajo».
Expertos economistas y sociólogos coinciden en señalar como un hecho muy positivo que el Gobierno Meloni considere que la inmigración es crucial para Italia. «El Gobierno italiano finalmente está tomando nota de la realidad. Debería actuar en consonancia con sus datos y promover canales de llegada dedicados a Italia, destinados a aumentar tanto la seguridad del tránsito hacia la península como el perfil medio del capital humano entrante», afirma en ‘La Stampa’ Francesco Nicoli, profesor de Economía Internacional en el Politécnico de Turín.
Todos los analistas insisten en que Italia necesita inmigrantes. Organizaciones empresariales cifran en 400.000 extranjeros para cubrir actualmente las necesidades del país. El titular de Agricultura, Francesco Lollobrigida, ministro de máxima confianza de Giorgia Meloni (está casado con la hermana de la primera ministra), manifestó el 28 de febrero en Bruselas que el Gobierno trabaja «en un plan para hacer entrar legalmente en Italia a 500.000