Los enfrentamientos por el poder en Sudán dejan más de 60 muertos y 600 heridos
▶ La ONU cancela su programa de alimentos tras la muerte de tres empleados en Darfur
Los enfrentamientos entre el Ejército de Sudán y los paramilitares, que se disputan el poder tras el golpe de Estado de 2021, dejaron al menos 61 civiles muertos, entre ellos tres empleados de Naciones Unidas.
Así lo confirmó el Comité Central de Médicos de Sudán, quien señaló, además, que hay «decenas de muertes» entre las fuerzas de seguridad que no están incluidas en ese balance.
El comité agregó que contó unos 600 heridos, incluidos miembros del Ejército, y que muchos no pudieron ser enviados a los hospitales debido a los combates. Ayer a media tarde, los dos bandos anunciaron la apertura de un corredor humanitario para poder evacuar a los heridos que duró tres horas.
La capital de Sudán, Jartum, se vio sacudida por varias explosiones y disparos el sábado por la noche, tras una jornada de encarnizados combates.
Esta violencia estalló tras semanas de tensiones entre el jefe del Ejército, el general Abdel Fatah al Burhan, y su adjunto Mohamed Hamdan Daglo, comandante de las Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR), un grupo paramilitar, que según los expertos agrupa a más de 100.000 efectivos entre los que hay exmilicianos de la guerra de Darfur.
Los dos bandos unieron sus fuerzas durante el golpe de Estado de 2021, que desató una crisis económica, social y política en el país. Pero los desacuerdos entre ambas facciones fueron creciendo con el tiempo y se centran ahora en el futuro de los paramilitares y su integración dentro de las Fuerzas Armadas.
Culpas cruzadas
Ambas partes se acusan mutuamente de la violencia desatada y afirman controlar lugares clave de la capital. Daglo, también conocido como ‘Hemedti’, anunció la toma del aeropuerto internacional de Jartum y del palacio presidencial, pero el Ejército asegura que los sigue controlando.
Según AFP, los habitantes de la capital sudanesa permanecen atrincherados en sus casas, mientras los enfrentamientos se extienden por todo el país. Se registraron tiroteos en las afueras de la capital, en el estado fronterizo oriental de Kasala y en la región occidental de Darfur. En esta región, al norte, tres empleados del Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas murieron y otros dos resultaron gravemente heridos, víctimas de las acciones violentas. En el comunicado, la propia agencia de la ONU confirmó la suspensión total de sus operaciones en el país, donde más de un tercio de la población, unos 15 millones de personas, sufren una inseguridad alimentaria aguda.
El país africano inició una transición hacia la democracia después de un levantamiento popular y la destitución en abril de 2019 del presidente Omar al–Bashir, un islamista que había presidido el país durante casi tres décadas y que Occidente rechazaba.
En agosto de ese mismo año, los militares acordaron compartir el poder con funcionarios designados por un grupo de políticos civiles antes de las elecciones. Sin embargo, ese acuerdo se detuvo tras el golpe militar en octubre de 2021, encabezado por Al Burhan y que desencadenó una campaña de manifestaciones masivas a favor de una democracia. Desde este golpe, Sudán, tercer país más grande de África, está dirigido por un consejo de generales con sus dos líderes enfrentados: el general Burhan, jefe de las fuerzas armadas, y quien dirige el país, y el vicepresidente Hemedti, quien lidera las FAR.
Según un cronograma establecido por los militares y los funcionarios para la transición democrática, este pasado martes 11 de abril se debería haber anunciado el nombre de un nuevo primer ministro y otros cargos de responsabilidad. Algo que no ocurrió por la falta de acuerdo sobre la integración de las FAR en el Ejército.
Sin embargo, el caos y la violencia ha envuelto al país en una complicada situación, que amenaza con convertirse en una guerra civil y hace añicos las esperanzas de que los líderes militares cedan el poder a un gobierno democrático dirigido por civiles.
Esta violencia borra la esperanza de que los líderes militares cedan el poder a un gobierno civil democrático