Hace lo contrario en vivienda

Hasta hace poco pensaba que no iban a ser capaces de sacar adelante la ley de Vivienda. Tras cinco años dando patadas a seguir, pensé, llámenme ingenuo, que en este asunto se iban a dar mus. Iban a pasar de puntillas porque a estas alturas todos somos conscientes de que las leyes que limitan los precios son completamente contraproducentes y tenemos ejemplos muy cercanos. Donde más lejos han ido poniendo límites, peor están las cosas. No ha sido así. De un día para otro se han sacado de la manga una norma que no es más que un mal remiendo de leyes que saben que no funcionan.

Y que finalmente hayan decidido tirarse a la piscina sólo puede interpretarse como medida de su desesperación. Que hayan abrazado esta bandera es síntoma inequívoco de que lo que están viendo en las encuestas no les gusta nada. No hay otra razón que pueda explicar este enésimo derrape populista que les retrata como un todo indistinguible de los partidos parias, ERC y Bildu. Están cuesta abajo y sin frenos. Una medida que además cuenta con el aplauso de Ada Colau que no es espejo en el que mirarse en nada y menos aún en urbanismo tras el desastre en el que ha convertido sus años de gestión en Barcelona la compraventa y el alquiler de vivienda.

Hacen lo contrario a lo que tendrían que hacer para tratar de revalidar su mandato. Y eso es buena noticia. Incluso, motivo de regodeo. Este proceso de huida hacia delante en el que está inmerso el Gobierno sólo tiene un final posible. Es aritmética electoral. Echarse al monte de la