Enfermeras andaluzas en Cataluña: «Usar traductor en tu país es indignante»
▶Cinco profesionales explican a ABC cómo la «obsesión» del Govern por el catalán «pone en riesgo a los pacientes» ▶Llegaron buscando trabajo y agradecen la oportunidad, pero dicen que si sigue la presión linguïstica no dudarán en irse
Llegaron a Cataluña en busca de mejores condiciones laborales o porque vieron en la sanidad catalana, donde el acceso a un contrato es más fácil que en otras comunidades, una oportunidad para mejorar su currículo durante un tiempo y regresar después a su tierra natal para aspirar a puestos más cualificados. Solo en los dos últimos años, la Generalitat ha contratado a 1.400 enfermeros llegados de Andalucía, Ceuta y Melilla para cubrir vacantes en los principales hospitales de Cataluña. La sanidad catalana los recibe con los brazos abiertos, sin advertirles de que están ante un regalo «algo envenado», como algunos de ellos definen.
La mayoría de los que emigraron a tierras catalanas –muchos lo hicieron después de que el Sistema Andaluz de Salud (SAS) extinguiera sus contratos tras el pico más fuerte de la pandemia– llegaron confiados, agradecidos, sin imaginar que el idioma, siendo una comunidad bilingüe donde el castellano es lengua cooficial, acabaría siendo una traba. Un mes después de que estallara la polémica por el vídeo de la enfermera andaluza Begoña Suárez en el que criticaba el nivel C1 de catalán –«el puto C1», decía– que deben superar todos los sanitarios para aspirar a un puesto fijo en la sanidad pública de la comunidad. Cinco compañeros suyos que ejercen en hospitales públicos catalanes se pronuncian sobre la polémica y ofrecen a ABC su testimonio sobre cómo están viviendo la presión institucional por fomentar el uso de la lengua autonómica en su ámbito de trabajo.
Piden utilizar un nombre ficticio y que no se les identifique con el hospital en el que trabajan para preservar su anonimato ante el temor a posibles represalias. Esa misma precaución hace que ninguna acceda a aparecer en la foto, aunque sea de espaldas. Pese a la gran sensibilidad que hay en estos momentos en Cataluña a raíz del hostigamiento