Curso de sensibilización para que usen la lengua autonómica
político y social hacia su compañera, Sonia Martínez está dispuesta ofrecer un relato en primera persona. «Creo que es hora de que hablemos sobre la situación», señala la enfermera, que llegó a Cataluña hace cuatro años y ha ejercido en tres hospitales públicos. «Me planteé venir aquí porque lo vi como una buena oportunidad para formarme a nivel laboral en mi profesión», explica Martínez. Sus expectativas se frustraron, en parte.
«Me temo que irá a más»
«Si te digo que no estoy bien aquí te mentiría. Cataluña nos ha acogido bien. Estoy trabajando en hospitales de primera línea pero la lengua es un problema cada vez mayor para ejercer y me temo que irá a más», dice Martínez, que, según avanza a ABC se plantea marchar en uno o dos años. Entiende que el dominio del catalán «puede ser un mérito si quieres optar a un puesto fijo en la sanidad catalana, pero me parece increíble que sea una imposición para personas como yo que solo nos planteamos estar aquí unos años y volver a ejercer en Andalucía», denuncia Martínez. Comparte «en el fondo» la denuncia que hizo
El Colegio Oficial de Enfermeras y Enfermeros de Barcelona (COIB) ofrece, por primera vez, cursos de sensibilización sobre lengua catalana a los profesionales del sector. Las sesiones, impulsadaspor el Consorcio de Normalización Lingüística (CNL) se convocan tras el acoso nacionalista a una enfermera del hospital Vall d’Hebron de Barcelona que fue expedientada e interrogada por la Generalitat por criticar la imposición del nivel C1 de catalán para acceder a una plaza fija en esta comunidad. El objetivo de los cursos es, la enfermera del Vall d’Hebron, que no fue renovada a raíz de la polémica y ahora ha vuelto a Cádiz, pero «no las formas». «En Cataluña trabajamos muchísimos profesionales andaluces, muchísimos. La mayoría podemos estar de acuerdo con lo que denunció en el vídeo pero desde luego nos hubiera gustado que trascendiera de otro modo», precisa a este diario. A su entender, «lo según afirman desde el COIB, ayudar a los profesionales que vienen de otros territorios y no son catalanohablantes a «comprender la realidad idiomática de Cataluña». También se les asesorará para que «incorporen buenas prácticas de atención respetuosas con los derechos lingüísticos de las personas». Durante el curso, se informará a los asistentes de los beneficios que trae conocer la lengua catalana y se les darán consejos para aprender catalán y potenciar su uso en diversas situaciones. grave del caso» es que «la obsesión del Govern por imponer el catalán puede poner en riesgo a los pacientes». «En algunas ocasiones, he tenido dificultades serias para entender protocolos, o cuando me han dicho algo en catalán y no lo he comprendido. Podría haber puesto algún paciente en peligro, aunque lo he solventado con traductor», dice la profesional, que confiesa que «a veces me he sentido excluida por los compañeros por no hablar catalán».
«Me he sentido excluida»
«A veces (imagino que de forma inconsciente), inician una conversación en catalán en grupo y no te enteras de nada o si ya te conocen pues te hablan en catalán como si supieses y no es así», indica Martínez. «Hay personas que vienen a trabajar ni que sea simplemente de paso, inclusive de otros países, y llegan aquí con la idea de hacer prácticas en castellano y no es así. Deberían saberlo», concluye. Jose Álvarez, almeriense de 30 años, comparte su opinión. «Lo grave –dice– es que la batalla política por la lengua acaba perjudicando al paciente». El enfermero, de 30 años, llegó hace tres y medio a Barcelona, invitado por una amiga. «Vine de turismo y me quedé. Me habían hablado otros compañeros de las facilidades para traba