La posible pandemia del siglo XXI
TRIBUNA ABIERTA
NO se le está prestando la debida atención a los hábitos de vida en las sociedades occidentales y esto está trayendo como consecuencia un enorme aumento de la diabetes tipo 2 causada principalmente por el aumento de la obesidad que se está produciendo entre la población desde edades tempranas.
La diabetes tipo 2 es una enfermedad que avanza sigilosamente y va dañando progresivamente el organismo, y los pacientes obesos tienen un alto riesgo de sufrir esta enfermedad. Los datos en España son muy alarmantes ya que el 13,8% de los españoles mayores de 18 años padece diabetes tipo 2 y equivale a una población superior a los 5,3 millones de personas; de esos, casi 3 millones estaban diagnosticados, pero 2,3 millones, el 43% del total desconocían que padecían la enfermedad. Este desconocimiento de la enfermedad tiene nefastas consecuencias ya el retraso en descubrirla implica que cuando se diagnostica el 50% de ellos ya presenta alguna complicación y esto es grave ya que el tratamiento de las complicaciones es más eficaz cuanto más precoz. A esto, hay que añadir que el 12,6% de la población, unos 4,8 millones de personas tienen intolerancia a la glucosa o glucosa basal alterada y estas situaciones, pueden ser consideradas prediabéticas.
El sobrepeso y la obesidad constituyen otro problema de salud cada vez más presente en nuestra sociedad, ya que el 53,6% de la población la padece, un 22% es obesa y un 31,6% tiene sobrepeso, siendo este último más frecuente en los hombres. En los niños y adolescentes el problema no es menor ya que el 39% de los niños con edades comprendidas entre los 7 y 9 años padece sobrepeso y el 16% obesidad. Estos resultados son verdaderamente alarmantes porque sitúa a España como tercer país europeo con más obesidad infantil y el cuarto con más obesidad en adultos.
En el caso de los niños, un estudio realizado en 800.000 jóvenes con edades comprendidas entre los 3 y 17 años y publicado en ‘JAMA Network Open’ demostró que los niños que se encontraban en el rango más alto de peso, tenían un riesgo un 26% mayor de desarrollar hipertensión que aquellos que se encontraban en el rango de peso inferior, es decir que el sobrepeso aumenta en riesgo de hipertensión en los niños.
Dado que la hipertensión durante la juventud se arrastra hasta la edad adulta y se asocia con daños en órganos cardiacos y vasculares, la prevención de la misma y del sobrepeso u obesidad es de vital importancia.
La relación de causalidad que existe entre la obesidad y el sobrepeso y el sobrepeso y la hipertensión con la aparición de enfermedades cardiovasculares y otras enfermedades crónicas se hace presumible, y las consecuencias no son nada buenas ya que además de la pérdida de calidad de vida, las posibilidades de sufrir una muerte prematura son algunas de sus principales consecuencias.
La falta de espacio impide que podamos desarrollarlo todo, pero en el campo exclusivo de la mujer, también aparecen problemas pues la obesidad es uno de los síntomas principales en patologías como el síndrome de ovario poliquístico afectando a cerca del 50-70% de estas pacientes, y también contribuyen empeorando las tasas de fertilidad, haciendo que más mujeres tengan que someterse a tratamientos de reproducción asistida. De hecho, hay cerca de 40.000 pacientes con obesidad cada año en procesos de fertilidad.
El consumo de alimentos ricos en azúcares refinados o en grasas de alimentos precocinados o de bebidas azucaradas, como refrescos, incrementan las calorías, el peso en el organismo y, en última instancia, hace que haya cada vez más personas
La relación de causalidad que existe entre la obesidad y el sobrepeso y el sobrepeso y la hipertensión con la aparición de enfermedades cardiovasculares y otras enfermedades crónicas se hace presumible
con diabetes de tipo 2, y cada vez más jóvenes. Nuestra alimentación sería sin lugar a dudas más rica y variada si nuestra economía fuera acorde porque muchos de los alimentos que se consideran muy adecuados para realizar una dieta sana y equilibrada tienen un precio excesivo que impide la accesibilidad a muchas personas, y los más asequibles para la economía de muchos siguen siendo los que propician la obesidad y los que aportan un extra de distintas grasas que no son recomendables para nuestra salud.
Las campañas informativas sin duda alguna son muy adecuadas, útiles e importantes, pero opinamos que se debe realizar algún tipo de actuación para que los productos saludables puedan ser asequibles para la economía de todas las familias, y hoy esto está lejos de la realidad.