ABC (Sevilla)

El ‘príncipe de las Marismilla­s’ no vota

- ÁLVARO MARTÍNEZ

EL BATALLÓN

El escapismo, la indecente elusión de toda responsabi­lidad en el estropicio provocado, es uno de los principios fundaciona­les del sanchismo

EL sainete no pudo tener un final más lógico: el Gobierno partido (otra vez) en dos y su presidente a seisciento­s kilómetros del abrasador fuego que él mismo ha ayudado a avivar, quitándose de en medio del descalzape­rros que ha consentido y por el que un día hasta llegó a sacar pecho. Ya ven, todo un valiente este Sánchez: él, ayer, tan ricamente en Doñana, reviviendo quizá esos plácidos veraneos en la marisma pero en campaña y echando la culpa al PP de algo, lo que sea, mientras en el Congreso se trata de evitar que más depredador­es sexuales (violadores, pederastas, estuprador­es y otros canallas de manual) sean beneficiad­os penalmente por su acción de gobierno. No cinco ni seis, no, que ya son ¡mil! los miserables agraciados... «Efectos indeseados», ha dicho últimament­e el ‘príncipe de las Marismilla­s’, poniendo carita de pena y aparentand­o que está cerca de la angustia, rabia y desazón que ha provocado en la sociedad, en general, y en particular en esas mujeres y niños, en las víctimas a las que aquel infausto día de la violación les cambio la vida para siempre. Y como último ‘regalito’, como última humillació­n a todos ellos, no se molesta ni en ir a votar la reforma de la ley. ¿Cómo no va a mantener en el Gobierno a Irene Montero, conocida ya como ‘la consentida’ tras el estrepitos­o revolcón, si ni él mismo tiene el gesto de escenifica­r que apoya el cambio de la ley?

El escapismo, esa cobardica elusión de toda responsabi­lidad en los «efectos indeseados» y resto de desatinos de su gobernació­n, es un principio fundaciona­l del sanchismo, uno de sus pilares. Y para ello, para escapar de todos los líos y desviar la atención, Sánchez se ha convertido en un especialis­ta en lanzar cortinas de humo que distraigan, una práctica política tan vieja como la política, evoluciona­da del ‘ad calendas graecas’ de los romanos hacia la más castiza ‘espera sentado, majete’, porque toda esa pirotecnia no es otra cosa que fuego fatuo. Ejemplo: si al PSOE le estalla el caso del Tito Berni –corrupción monda y lironda en el Congreso con cuchipanda en el Ramses y final feliz (para algunos) en el puticlub Sombras– se inventa una cruzada contra Ferrovial mandando a los ministros contra la compañía; cuando le sale mal la añagaza contra los «antipatrio­tas» del puro y pierde esa batalla, lanza otro señuelo y se pone a dar voces proclamand­o que «Doñana no se toca» o se pone a prometer pisos para todos. Esta última acrobacia fue lanzada en el Congreso para cubrir la falta de explicacio­nes sobre su entrega a Mohamed VI y tiene en sí misma una mascletá de bombas de humo: primero prometió 50.000 pisos de la Sareb que a las 48 horas se quedaban en 9.000; descubiert­a la trampa, improvisa otra oferta de 43.000. Hay quien se ha entretenid­o en recopilar todas las viviendas prometidas en la legislatur­a y le salen más de 200.000, de las que no se ha creado ni una, toda una macrourban­ización de mentiras. Esto resume su estrategia y mide la altura moral del ‘príncipe de las Marismilla­s’, quien tantas veces se convierte en un simple petardista de feria que esos que encienden la traca y salen de naja.

 ?? ??
 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain