La Moncloa minimiza el choque pese a la diatriba anti-PSOE de Podemos
▶ Cree que se «cierra un ciclo» de tensiones entre ambas partes de la coalición
lar Vallugera, quien pidió al respecto a sus señorías que «seamos sinceros».
Precisamente con María Jesús Montero y con Llop, la ministra del ala socialista más enfrentada a Igualdad por esta materia, se fundió en un significativo abrazo la secretaria de Igualdad del PSOE, Andrea Fernández, al terminar su discurso, fuertemente ovacionada por los suyos.
La joven diputada por León volvió a llevar la voz cantante de su grupo en un discurso donde cargó de nuevo contra Podemos y la ministra de Igualdad, apelando a la necesaria «responsabilidad» de la clase política, argumentó, para corregir el fiasco penal de la norma con una «mejora técnica». «Entendemos la política así», blasonó, después de recordar a sus aliados parlamentarios que el PSOE retiró sus enmiendas sobre proxenetismo, dado que el desacuerdo en esa materia podría haber hecho descarrilar la reforma. Pero tampoco evitó el ataque al PP y a Vox (los de Santiago Abascal, como ya hicieron el martes en la comisión de Justicia, no votaron la reforma) a los que espetó que «si están tan concernidos por la ley», ayuden a poner en marcha aspectos que incluye además del penal, singularmente el de los centros de crisis abiertos veinticuatro horas para las mujeres víctimas de agresiones en comunidades de la derecha, entre las que citó especialmente a Castilla y León.
Por el PP intervino su portavoz parlamentaria y número dos, Cuca Gamarra, quien señaló a Sánchez como el «máximo responsable» del escándalo de las rebajas de penas, y calificó de «falso perdón» el pronunciado por el secretario general del PSOE el pasado fin de semana, en una entrevista concedida a los periódicos de Vocento.
Justo después de Andrea Fernández y de los parabienes de los suyos llegó el discurso de Irene Montero en nombre del Gobierno, pero en contra de la mitad del mismo. El hecho insólito de que un miembro de la bancada azul se encaramase a la tribuna de oradores no para defender la postura gubernamental, como es habitual, sino para arremeter contra el socio de coalición, reflejó lo estrambótico de la situación creada por la principal ley impulsada por su departamento.
Tras una legislatura llena de tensiones y encontronazos con el socio minoritario de la coalición, Unidas Podemos, en el cuartel general de la Moncloa y Ferraz, la sede del PSOE, se respira cierto alivio después de la tensa sesión parlamentaria de ayer, y de la diatriba contra los socialistas con la que se despachó la ministra de Igualdad, Irene Montero. Fuentes de la parte socialista del Gobierno tratan de minimizar el choque. Aunque admiten lo desagradable del trance, y se duelen de la acusación de la ministra de Podemos de que los socialistas están provocando una «involución» en la agenda feminista, creen que ahora se «cierra un ciclo».
No en vano, la Ley de Garantía Integral de la Libertad Sexual ya provocó el primer encontronazo de envergadura en 2020, nada más formarse el primer gobierno de coalición de la democracia, cuando el entonces vicepresidente segundo, Pablo Iglesias, llegó a tildar de «machista frustrado» al entonces titular de Justicia, el socialista Juan Carlos Campo, por sus primeras objeciones a la reforma entonces en ciernes. Ahora, y después de un curso político marcado por el escándalo de las rebajas de condena y excarcelaciones fruto de la ley, tras su entrada en vigor el pasado mes de octubre, creen que los morados rebajarán el tono, si bien recuerdan que como es palmario sus cuitas no son únicamente con ellos, sino también con Yolanda Díaz, a cuenta del desencuentro sobre si habrá o no acuerdo electoral entre Sumar y los de Ione Belarra.
Diferencias en campaña
En definitiva, en la parte socialista del Gobierno creen que todo obedece al clima de combate electoral de cara a las municipales y autonómicas del 28 de mayo, donde en algunos territorios, como Madrid, Podemos se juega mucho, dado que corre riesgo de desaparecer tanto de la comunidad como del Ayuntamiento de la capital, por la dura competencia en su espacio de Más Madrid.
Por otro lado, el clima de tensión ya no amenaza ninguna reforma importante, una vez encarrilada la ley de vivienda tras el acuerdo con ERC y Bildu, dos grupos que también votaron ayer en contra del ‘solo sí es sí’, y aprobada ya la reforma de las pensiones. Con esa agenda legislativa despejada, Sánchez podrá centrarse más en su agenda internacional, con el semestre europeo en el horizonte, y más a corto plazo con la entrevista con Joe Biden en la Casa Blanca el próximo 12 de mayo.
García, líder de Más Madrid. Así que, como diría Rajoy, no era cosa menor, sino cosa mayor, estar ayer arropando a Montero en un momento en el que el votante progresista les exige parar la guerra. La bancada azul casi estaba vacía: la ministra de Derechos Sociales y líder de Podemos, Ione Belarra, inseparable compañera de Montero, a su lado. Y al frente, las de Justicia y Hacienda, Pilar Llop y María Jesús Montero. Una fuente socialista explicó que Díaz estuvo muy seria durante el debate y apartada de los cuchicheos de las socialistas. En el PSOE están un poco molestos porque además de llamar machista a Iglesias, Díaz también lo dijo del presidente.