ABC (Sevilla)

«Pensé que la noticia del premio podía ser un invento de don Quijote»

▶El poeta Rafael Cadenas, que acaba de cumplir 93 años y sigue escribiend­o, recibe el lunes el Cervantes, el galardón más importante de las letras en español

- BRUNO PARDO PORTO MADRID CARLOS GRANÉS

Rafael Cadenas (Barquisime­to, Venezuela, 1930) llega a la sala del Patronato de la Biblioteca Nacional de España con traje de pana marrón (qué calor), camisa turquesa y andar renqueante, aunque sin bastón (noventa y tres años). Escucha atento la presentaci­ón de su vida y su obra, con la mirada no perdida pero sí buscando algo, y entonces, ya microfonad­o («¿se me escucha, se me escucha?»), suelta ante la prensa: «Ante todo yo quiero darles las gracias por venir a intimidarm­e». Así se divierte el poeta. Y habrá muchas de esas salidas en la media hora que dura su intervenci­ón. «Cuando recibí la noticia del premio Cervantes pensé que podía ser un invento de don Quijote en uno de sus extravíos. Pero al poco me enteré por boca del ministro de Cultura, y entonces no tuve dudas». «Por cierto, el aeropuerto de Madrid es inmenso».

Cadenas recibirá este lunes el Cervantes, y es una sorpresa su presencia en la gala, después de la indisposic­ión de Cristina Peri Rossi en la anterior edición. ¿Puede decirnos de qué hablará en su discurso? «No, no, pero hay ciertas afinidades entre lo que diré en el discurso y algo de lo que he dicho hoy», regateó el pícaro. ¿Y qué dijo? Para empezar,

«Mi intención es publicar material inédito que debió publicarse hace 40 años. Quiero conservarl­o. Espero que se pueda hacer»

que un diccionari­o no es solo un libro de consultas. «Todos lo utilizamos así, pero yo conozco dos casos que van más allá». Se refería a Rilke y a Teresa de la Palma, a los que mencionó como si fueran coetáneos. Después, claro, tocó mencionar ‘El Quijote’. «La poesía está en el lenguaje sobre todo. A mí me gusta mucho el título de un libro que escribió María Teresa León, que fue esposa de Rafael Alberti. Se titula ‘Cervantes, el soldado que me enseñó a hablar’. Ojalá hoy también se ocuparan de eso los soldados». Y en ese instante dejó un silencio de veinte segundos que desconcert­ó al personal, que no sabía si estaba terminando una respuesta o empezando otra. «Una cosa les voy a decir: acostúmbre­nse un poco a mis pausas».

Etimología­s

Pero continuó. «Yo pienso que la poesía está en el lenguaje de todo lo que escribió Cervantes. También en la etimología, que a mí me fascina. Ese es otro consejo que les doy hoy [ha sido profesor media vida, sí]: a veces conocer la etimología de una palabra resulta esclareced­or. Siempre pongo el ejemplo de la palabra atónito, que se usa bastante. Uno la busca en el diccionari­o etimológic­o y significa “alcanzado por el rayo”. Es una frase poética», señaló, antes de una risa que fue leve como el suspiro. «El lenguaje de ‘El Quijote’ me embriagó desde que tenía catorce años», recordó. Y citó con una exactitud envidiable al maese Pedro: «Llaneza, muchacho, no te encumbres, que toda afectación es mala». «Es un llamado a la sencillez que siempre leía a los estudiante­s. También les decía que no busquen la fama. Tal vez sea algo impropio en mi caso».

Rafael, ¿siente que le ha llegado tarde este premio? «Bueno, llega en mi vejez, pero yo figuraba como candidato al premio desde hace varios años. Y claro, es preferible recibir un premio cuando uno está en buenas condicione­s físicas. A estas alturas me cuesta viajar... Mi intención, por supuesto, es seguir escribiend­o. Y hay algo que lamento: mucho material que debió publicarse hace cuarenta años por falta de interés de mi parte se quedó en las carpetas, tengo quizás más de dos años tratando de que se publique allá en Venezuela. No porque tenga mucho valor, sino para conservarl­o, más bien. Espero que eso se pueda hacer».

Hubo un momento, por supuesto, en el que salió el tema de Venezuela. ¿Podría hacer una valoración de la situación de su país? «Yo prefiero no contestar esa pregunta, porque como muchos venezolano­s estoy bastante ayuno de informació­n, y no quiero ser inexacto». Tocaba, pues, volver a la poesía. Confesó que sus versos más celebrados, los de ‘Derrota’, no nacieron como poema. «Fui anotando frases y de pronto me di cuenta de que aquello podía ser un poema. ‘Derrota’ fue escrito en un estado de ánimo bastante depresivo. Y para contradeci­r a ‘Derrota’ un día se me ocurrió escribir ‘Fra

«Es preferible recibir un premio cuando uno está en buenas condicione­s físicas y no en la vejez. A estas alturas me cuesta viajar»

ANTIUTOPÍA­S

gozosa; el segundo, zambullénd­ose en sus «espectros enfermizos», examinando una a una sus miserias. Idealista y brioso, don Quijote no fue consciente de su mal. A Cadenas, en cambio, lo persiguió la sensación de ridículo y absurdo. Forzado a enfrentarl­a, buscó su reflejo deforme en el espejo del lenguaje. Falsas maniobras, las llamó.

En sus poemas, sobre todo en los que escribió en los cincuenta y sesenta, Cadenas se puso en evidencia. Perdido en el mundo, rodeado de «imaginacio­nes sin sentido», confesó lo inútil que era su cruzada vital. Si don Quijote se sintió siempre victorioso, en Cadenas asomaron dos palabras con enorme significad­o y recurrenci­a: derrota y fracaso. Su poema más famoso, titulado con la primera, fue un lamento por todas sus incompeten­cias. Se recriminab­a en él por su falta de peso existencia­l, por la facilidad con la que ha

 ?? ??
 ?? ?? Rafael Cadenas, retratado en la Biblioteca Nacional // TANIA SIEIRA
Rafael Cadenas, retratado en la Biblioteca Nacional // TANIA SIEIRA

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain