Atún rojo, el tesoro que se ultracongela en los barcos
De comer a 500 familias gaditanas
ace casi 20 años las alarmas saltaron en las almadrabas de Barbate, Conil, Zahara y Tarifa. El número de atunes rojos que capturaban se había reducido en un 80 por ciento. Corría el año 2005 y el sector se manifestaba en Sevilla pidiendo medidas que protegieran a la especie y, por ende, a este arte de pesca milenario del que dependían (y dependen) miles de familias gaditanas.
Con el sector en plena emergencia y al borde de la desaparición, la Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico (ICCAT) estableció cuotas que limitaron a más de la mitad sus capturas. Para este 2023, la ICCAT ha elevado la cuota a 1.643 toneladas, 454 de la almadraba de Barbate, 426 de Zahara, 413 de Conil, y 349 de Tarifa.
«La idiosincrasia de la almadraba es el atún rojo, sin él no existe», afirma Sebastián Vela, adjunto a la dirección de la almadraba de Barbate, que explota la empresa Petaca Chico. Hasta 2006 no había cuota de captura, por lo que se
Hpescaba de forma tradicional, «todo lo que entraba en la almadraba». Vela matiza que la almadraba «nunca ha sido un arte de pesca dañino para la especie, porque al ser fijo; sólo se captura lo que cae en la almadraba y por el Estrecho pasan millones de ejemplares».
El atún pasó de morir por falta de aire en las redes o los barcos a ser arponeados por buzos. Muerte en el mar y, en menos de una hora, a ultracongelar. «Gracias a estos planes de la Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico la especie se ha recuperado», afirma el adjunto a la dirección de la almadraba barbateña.
Cuando se establecieron las cuotas, el sector almadrabero y los propios pescadores eran conscientes de la crisis que estaba pasando. Por eso, el número máximo de toneladas que estable la ICCAT desde 2006 se lleva «a rajatabla», asegura Sebastián.
«Gracias a estos planes establecidos por la Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico la especie se ha recuperado», afirma el adjunto a la dirección de la almadraba barbateña. «Y a raíz de la última reunión de ICCAT la cuota de captura ha aumentado», lo que muestra la buena salud de la que gozan los túnidos.
Cuidar la almadraba
En menos de dos décadas la almadraba ha sabido transformarse completamente. Ahora sectores como el comercio y, sobre todo, la hostelería de la provincia de Cádiz, se han reinventado incorporando e incluso basándose en el atún rojo y su tradición.
Y es que la almadraba genera aproximadamente 500 puestos de trabajo directos y 6.000 indirectos. «Hemos sabido dar a conocer la importancia del atún. La gente viene a la almadraba. Con una cultura gastronómica en torno al atún muy importante», declara a este periódico la directora-gerente de la Organización de Productores Pesqueros de Almadraba OPP51, Marta Crespo, que abarba las explotaciones de Tarifa, Conil y Zahara, y cuyo comercializador en exclusiva es la empresa Gadira. Y concluye que, por el bien de todos, «a la almadraba hay que ponerla en valor y cuidarla mucho».
En 2022, la campaña de la almadraba arrancó el 19 de abril con la ‘levantá’ en la almadraba de Conil de 43 ejemplares y cerró el 3 de junio con 1.500 toneladas de atún. Este año, se superará esta cifra. Los primeros, el pasado 14 de abril en la misma almadraba conileña, en la que ha sido la ‘levantá’ más madrugadora desde que se tienen registros y con 50 ejemplares.
La pesca de la almadraba, un arte milenario que se transmite de padres a hijos, vive un momento dulce tras estar a punto de desaparecer. Se ha reinventado y actualmente da
Antes el atún moría por falta de aire en las redes o la cubierta del barco; ahora lo hace arponeado por buzos dentro del agua