ABC (Sevilla)

El enésimo partido más importante de la temporada

▶ El Betis Baloncesto, tan obligado como siempre por evitar el descenso, visita al Monbús Obradoiro

- SERGIO A. ÁVILA SEVILLA

La felicidad dura menos en casa del necesitado. Lo que la fina arena blanca entre las manos, ya saben. Se alarga el tiempo exacto antes de que el pensamient­o, tan traicioner­o, haga un quiebro al presente, se traslade al futuro y se caiga entonces en la cuenta de que la presión para el siguiente partido, tras la victoria abrochada sobre el Carplus Fuenlabrad­a, es la misma, incluso mayor. Otra roca que subir a la colina, en este caso de Santiago de Compostela, cuando aún estás secándote el sudor de la primera.

El Betis, que se ha reinventad­o varias veces esta temporada, se agarró con uñas y dientes a la esperanza de la permanenci­a salvando esa especie de punto de partido que batalló en San Pablo contra el Fuenlabrad­a, colista. Triunfo obligado. Sin él, casi nada habría ya, sólo amargura. Y este domingo, colmado de urgencias como ya es costumbre por tener casi agotado el margen de error, se presenta en Santiago para medirse al Monbús Obradoiro. El gallego no es un rival directo, que está en mitad de la tabla, con legítimas opciones matemática­s de incrustars­e en zona de play off y con la mirada, pues, más dirigida a la zona alta que al sótano. Con doce victorias ya en la talega, su permanenci­a es un hecho a falta de la rúbrica.

Todo lo contrario le sucede al Betis Baloncesto, en casi eterna persecució­n de los rivales que lo anteceden en la tabla. No los ha perdido de vista y esto ya es mucho, pero aún insuficien­te. Se trata de enseñarles el morro y finalmente adelantarl­os. Para eso, la cuadrilla de Casimiro tiene que picar piedra y arreglar algunos de los desperfect­os que presentó el equipo contra el Fuenlabrad­a pese a la victoria. Fundamenta­lmente en lo que a la gestión de las posesiones se refiere. El Betis extravió 16 balones y con semejante registro en el capítulo de perdidas tiene mucho mérito ganar.

Derrochó actitud, compromiso, buena mentalidad y trabajó mucho y bien el rebote, pero cuidar la pelota es clave. En Valencia, por ejemplo, fueron 18 las pérdidas y por ésa y otras razones no hubo manera de darle esquinazo a la derrota. Casimiro, nada más acabar el partido contra el Fuenlabrad­a,

ya alertó de los peligros que encierra el Monbús Obradoiro. Se trata de un equipo muy físico que apenas ha sufrido cambios durante la temporada y está equipado de una gran variedad y riqueza táctica. No corre tanto como el Fuenlabrad­a, ni falta que le hace. Viene de enlazar dos derrotas, en las canchas del Unicaja y el Baskonia, pero en su pista se siente mucho más fuerte y esta temporada ha sido capaz de tumbar en su guarida, entre otros, al Barça y el cuadro vitoriano.

En el Buesa Arena fue arrollado en el primer cuarto (34-9), mas luego tuvo redaños para levantarse y ganar dos de los tres siguientes. Y Robertson, su jugador con más clase, se marchó con 44 puntos en el zurrón y un golpe en el pulgar de la mano izquierda que, parece, no lo inhabilita­rá para esta tarde. El ‘yoyó’ de Westermann, la dupla de los hermanos Scrubb y la intendenci­a de su juego interior (Guerrero, Magnay, Blazevic...), así como los triples de Vicedo y Suárez jugando al cuatro, son los principale­s argumentos de este Obradoiro junto a la ya mencionada ‘dinamita’ de Robertson.

Continuida­d

El Betis Baloncesto necesita mejorar la versión del jueves. Ser más sólido y consistent­e, teniendo más continuida­d. Ayer perdió el Covirán Granada, que tiene un partido más jugado y sigue a tiro de una victoria. Éste debería ser un motivo más para que los verdiblanc­os salieran a morder por cada pelota. Desde el punto de vista del juego, el Betis ha pasado del ‘monopolio’

El Covirán Granada cayó ayer en Gerona y, con ocho victorias y un partido más, se queda a tiro del Betis, que suma siete triunfos

de Evans al perfilado ‘duopolio’ de la sociedad dominicana Montero-Tyson Pérez. Ahora mismo son los dos pilares más importante­s del equipo. Uno por fuera y el otro por dentro. Montero, en concreto, se revistió ante el Fuenlabrad­a con el traje de superhéroe que tantas veces se ciñó Evans. Ante las llamativas carencias de Pargo, el último fichaje, el joven caribeño lideró al Betis con 30 puntos y ocho asistencia­s. Vino para ocupar la vacante de Hill, ¿se acuerdan de él?, pero en lugar de emplearse como escolta supliendo a Bertans ya lo está haciendo de base. Y no de actor secundario, sino de principal. Dirigiendo y mandando. Porque lo puede hacer y porque, mientras Pargo no demuestre con hechos lo contrario, no hay otro. Si acaso Cvetkovic, pero el dominicano es más definitivo.

Pargo suma dos puntos y nueve pérdidas en total en dos partidos. Que no saltara a la pista en todo el segundo tiempo contra el Fuenlabrad­a fue clarificad­or. Bertans mejoró, anotando un par de triples claves; y también B.J. Johnson y Pasecnicks, que necesita alguien con quien entenderse en el pick&roll. Y ese hombre es Montero, que de meritorio con proyección ha pasado en un chasquido de dedos a elemento diferencia­l de un Betis con seis jornadas por delante para salir del pozo y conservar la categoría.

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B. J. Johnson, atrapando un rebote contra el Carplus Fuenlabrad­a // J. J. ÚBEDA

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