«En el PP hay miedos y complejos por todas partes»
▶El líder de Vox asume que después del 28M no habrá una negociación nacional con el PP y culpa a Feijóo: «El Partido Popular debe elegir cuál es su modelo»
Santiago Abascal Presidente de Vox
Santiago Abascal (Bilbao, 1976) vive cómodo en el mundo de etiquetas en el que se mueve hoy la política española, y muy en particular la formación política que preside. Le da exactamente igual que desde la izquierda se les catalogue como ultras. Esa no es su batalla, y lo sostiene sobre los 3,6 millones de votos que Vox obtuvo en los comicios de 2019. A pocas semanas de las elecciones municipales y autonómicas del 28 de mayo y en la recta final de la legislatura, el líder del tercer partido político en España no teme que una lista conjunta de Sumar y Podemos pueda disputarle esa plaza en las generales; más bien al contrario. Tampoco vive ajeno a otros debates que caldean la opinión pública española desde ámbitos ajenos, en principio, a la política, pero que también la contagian.
—La polémica de la última semana pasa por las acusaciones de franquista del F. C. Barcelona al Real Madrid y la respuesta airada del club de Chamartín. ¿Cómo lo está viviendo usted?
—En realidad responde al problema político del separatismo catalán, al que se añade la desgracia que padecemos en España desde que Zapatero intentó destruir la concordia entre los españoles y trajo de nuevo un debate que no enfrentaba a nadie. Algo que estaba completamente superado en la sociedad española ha vuelto a formar parte del debate político, hasta el punto de que el otro día durante la moción de censura el profesor Tamames, sorprendido por el nivel de odio que la izquierda propaga en el Congreso, llegó a decirles, siendo un comunista que ha estado en la cárcel durante el régimen de Franco, que la Guerra Civil la habían empezado los socialistas.
—¿Está usted satisfecho con el resultado de la moción de censura?
—Estoy absolutamente satisfecho de haber retratado al Gobierno. Nosotros cumplimos con nuestra obligación: ofrecimos al principal partido de la oposición, si es que hace oposición, que liderase esa moción de censura y declinaron; y nosotros nos habíamos comprometido a cumplir con nuestra responsabilidad y lo hicimos proponiendo un candidato que no pensaba exactamente como nosotros, como parecieron descubrir los medios pero era precisamente por lo que lo elegimos. Estamos más que satisfechos de haber podido dar la palabra a un hombre que representaba una época de concordia en la política española y que denunció algo que hemos denunciado habitualmente en el Parlamento: lo intolerable de los discursos castristas del presidente del Gobierno, que se alarga, se alarga, se alarga, sin contestar absolutamente nada. En España, en el Parlamento no hay debate, sólo hay monólogos del presidente del Gobierno.
—En cualquier caso, el presidente aprovechó la moción para vender su proyecto y para avalar, o lanzar incluso, a Yolanda Díaz como candidata a su izquierda.
—Quizá alguien piense que eso es bueno para el Gobierno; yo creo que lo que hizo con Yolanda Díaz es generar más división en la izquierda y, por lo tanto, consideramos que es una muy buena noticia. Pero que el Gobierno utilice herramientas constitucionales que merecen respeto para hacer propaganda política no es algo que nos debe sorprender. Este es un Gobierno que no tiene ningún escrúpulo, que ha mentido a los españoles, ha traicionado a su propio electorado, ha asaltado las instituciones independientes, ha destruido la separación de poderes... No podemos sorprendernos absolutamente por nada de lo que haga el Gobierno.
—¿Cuántas facciones ve usted en el Gobierno?
—Realmente no lo sé. Imaginamos todos que como mínimo hay tres, pero lo que sabemos es que lo que finalmente se hace allí es lo que quiere Pedro Sánchez y lo que tolera Pedro Sánchez, que es absolutamente responsable de todas las políticas que se han hecho en España. A veces se le puede echar la culpa a Podemos, pero él es el responsable del ‘solo sí es sí’ y de cualquiera de las fechorías que el Gobierno cometa a través de Podemos.
—¿Le preocupa que una candidatura de Sumar y Podemos juntos pueda disputar la tercera posición a Vox en las generales?
—A mí no me preocupa en absoluto, ya iban juntos, ya se presentaron unidos. Ninguna preocupación. Yo, a diferencia del presidente del Gobierno, salgo a la calle, recorro España y lo que veo es una gigantesca adhesión a Vox y un convencimiento absoluto de aquellas personas que confiaron en nosotros. Yo no aspiro a que Vox salve los muebles, yo espero que Vox crezca en las próximas elecciones y tenga una posición aún más determinante.
—¿Le preocupa, le divierte, la batalla entre Yolanda Díaz y Pablo Iglesias? ¿Cómo asiste usted a este cruce de acusaciones?
—Yo quiero a España y aprecio la libertad de los españoles y la prosperidad de nuestro pueblo y, por lo tanto, cuanto más dura y más encarnizada sea esa batalla, mejor será para el bien común.
—28M. ¿Cuál es su objetivo?
—Dar representación al mayor número de españoles posible, pero somos sensatos. Aspiramos a ser determinantes en la consolidación de una alternativa al socialismo y al comunismo. Lo hemos logrado en Castilla y León, creemos que ese es el modelo adecuado, es el modelo que ofrecemos a los españoles, y lo que me gustaría saber es si al otro lado hay alguien que piensa lo mismo. Lo que vemos es que hay distintos modelos para el PP.
—¿Usted se atreve a cuantificar cuántas autonomías deben arrebatar a la izquierda el 28M?
—Yo nunca hago apuestas de ese tipo, pero ojalá sean las más posibles, claro.
—El otro gran debate es la relación entre Vox y el Partido Popular.
—No sé si hay un gran debate sobre la relación entre el Partido Popular y Vox. Ese gran debate se está produciendo en el Partido Popular, con un secretario de Organización que compara a Vox con Bildu y que después tiene un Gobierno en Castilla y León que está siendo razonable y un ejemplo. Es el PP el que tiene que elegir el modelo: si Castilla y León o el modelo de Ex
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