¿Por qué reincidimos?
AJUSTE DE CUENTAS
Desde Boyer no hacemos más que involucionar: en 2019, ningún partido apostó por más libertad para alquilar
El alquiler no es un mal negocio para un país que envejece. Warren Buffett aconseja que nunca inviertas en un negocio que no comprendas y el ladrillo es fácil de entender. Los pisos no tienen piernas, así que no emigran a paraísos fiscales. Por una serie de razones históricas, casi el 80% de las familias españolas son dueñas de sus viviendas y no teníamos el hábito de alquilar. Pero eso estaba cambiando.
Hay que echar un vistazo a los trabajos de José
María Raya, profesor en Tecnocampus-Universitat Pompeu Fabra. En línea generales, Raya nos cuentan que desde 2015 hasta 2018 el ‘stock’ de vivienda en alquiler venía creciendo, del orden de un 27%. En Cataluña, hasta 2019, el alquiler se había triplicado (aunque aquí no me queda claro si el impacto del alquiler turístico estaba neutralizado). La pandemia alteró las cosas y, sobre todo, adulteró las estadísticas, pero en términos gruesos se puede decir que la oferta de alquiler venía aumentando y las rentas reduciéndose. «Es claramente un mercado a la baja», escribió Raya sobre el alquiler en uno de sus informes publicado por Esade en 2021.
Todo esto ha cambiado en los últimos meses, pero en gran parte lo ha hecho porque los gobiernos se han puesto a intervenir en el mercado. Crecen las quejas porque hay demasiado alquiler vacacional en un determinado distrito. Los políticos lo declaran tensionado. Los propietarios descubren que la nueva legislación menoscaba sus derechos. Consecuencia: la vivienda en alquiler pasa a ser un piso a la venta o alquilada en Airbnb. ¿Y nos quejamos de que hay mucho alquiler vacacional? Pero si les votamos a los mismos (memos) que lo fomentan.
Hay un trabajo del profesor Benito Arruñada en