La primavera alegre del Sevilla, otra vez
▶En-Nesyri decidió con su gol en el 94 y prolonga el estado de gracia del equipo de Mendilibar, seis partidos invicto
a primavera le sienta al Sevilla como un traje a medida. Hierven su gente y los partidos grandes. El dogma emana, como poco, desde que hace 17 años en plena Feria de Abril un espigado e inmortal canterano asestara un zurdazo imposible a los alemanes del Schalke para pasaportar al club a su primera final continental. El gol de Puerta al calor de los farolillos cambió los designios en Nervión para siempre. Gloria y plata a raudales. Ansia y excitación por los magnos objetivos, una temporada tras otra, acelerando el pulso con los primeros brotes de azahar. Estamos en esa fase en la que el Sevilla dice ‘aquí estoy yo’ y la sangre roja fluye vigorosa entre su hinchada. Se avista el edén. Esta vez, casi nadie lo esperaba. Pero han traído a un vasco de Zaldívar para agitar las almas y devolver al club a su paraíso estacional. Mendilibar, sí, tiene al Sevilla FC en semifinales de la Europa League y escalando sin sosiego en LaLiga. Tres días después de la exhibición ante el United, el Sánchez-Pizjuán volvió a festejar y cantar victoria. Su última víctima, un aspirante a Champions como el Villarreal que también salió escaldado ayer del coliseo blanquirrojo (2-1).
En-Nesyri marcó el gol de la victoria en el minuto 94, con un testarazo desde la nubes de Nervión que desató la locura. Rafa Mir había adelantado a los hispalenses en la primera mitad
Ly Pau Torres igualó el marcador momentáneamente en la segunda. El triunfo le permite al Sevilla FC alcanzar los 38 puntos y rubricar prácticamente la tranquilidad absoluta en la competición doméstica, donde el grupo demuestra también que quiere mirar cada vez más hacia arriba. Mendilibar, como se esperaba, introdujo rotaciones en la alineación para mitigar el desgaste de su tropa. El de ayer era el primero de cuatro envites ligueros en tan solo doce días, así que no quedaba otra que dosificar y subir gente al carro. Nianzou, Óliver Torres y Rafa Mir fueron titulares cuajando una buena actuación. El delantero marcó, reivindicándose, demostrando que puede compartir esa responsabilidad con el absolutamente indiscutible En-Nesyri. Porque el marroquí salió después para amarrar el triunfo con su golazo in extremis.
La primera parte fue una exhibición de fuerza y presión altísima de los locales durante 35 minutos. Sin un sólo respiro para el Villarreal. Luego, esa intensidad pasó factura en los instantes previos al intermedio y en la segunda mitad. Apenas se habían colocado los de Setién en el campo y el Sevilla ya había acumulado tres llegadas de peligro en las botas de Rafa Mir, Ivan Rakitic y Bryan Gil. La defensa del equipo groguet se vio exigida al límite en esa puesta en escena frenética de los blanquirrojos, obligada a apretarse las tuercas y sin capacidad para iniciar jugada. Agobio total por el empuje sevillista. Mir avisó de nuevo con un remate cruzado. El gol se mascaba en la animosa y colorida grada del SánchezPizjuán, bien salpicada de abanicos y trajes de flamenca.
Sevilla F. C.
Nianzou, Óliver y sobre todo Rafa Mir con su gol aprovecharon las rotaciones para subirse al carro de Mendilibar