Mendilibar, la sencillez dentro del caos
▶El vasco ha conseguido en un mes cuatro victorias, dos empates y un pase a semifinales de la Europa League ▶El Sevilla, desde que cambió de entrenador, es el club con más victorias de LaLiga Santander
El día que el Sevilla anunció el relevo de Sampaoli por Mendilibar, muchos pensaron que una temporada con tres entrenadores no augura nada bueno. No obstante, el sevillismo abrazó el cambio y recibió con agrado a un técnico de oficio, acostumbrado a la presión y con un fútbol directo que encaja perfectamente con la personalidad del club de Nervión. Con las esperanzas desparramadas por el suelo, cualquier revulsivo era aceptado con tal de salir del hoyo. La elección de un técnico veterano en el barro y sin experiencia en competición continental parecía lanzar un mensaje claro: el Sevilla solo piensa en la salvación.
Solo ha hecho falta un mes para redirigir el rumbo a la deriva del conjunto sevillista. En seis partidos, José Luis Mendilibar ha metido al Sevilla en semifinales de la Europa League y ha obtenido una renta de ocho puntos sobre los puestos de descenso. La receta aplicada por el de Zaldívar es clara: rapidez, sencillez y presión. El fútbol no está exento de modas, la evolución del balompié en los últimos años ha dejado una tendencia imperante con el juego de toque y el dominio de la posesión. En su momento, las mentes más brillantes del mundillo desplegaron su ingenio para obtener un fútbol efectivo y preciosista que se fue extendiendo hasta ser generalizado en las mejores ligas de Europa. Tan homogéneo se volvió este deporte que, ahora, el estilo predilecto de Mendilibar es el método más efectivo para combatirlo. Bien lo sabe el Manchester United.
Cambio drástico
El Sevilla ha pasado por dos cambios de sistema esta temporada. La más radical, la transición de Sampaoli a Mendilibar. El manoseo del balón en el área propia se ha convertido en defender y jugar en campo contrario el máximo tiempo posible. No importa ceder el dominio si se tiene claro cuál es el plan. Así de simple. Se suele denostar la sencillez, como si esto significase ser básico o simplón, pero cuando un equipo viene de un completo bloqueo deportivo, Mendilibar ha demostrado que la mejor opción es tener las cosas claras y que el plan funcione. «La clave es que creen en lo que les pido», explicó el ex del Eibar tras el pase a semifinales de la Europa League.
Eso y la extrema presión que ha convertido al Sevilla es un auténtico acosador. La primera media hora ante el Villarreal fue un insistente y continuo asedio sevillista sobre la salida de los de Setién. El cuadro nervionense no permitió desarrollar el juego del submarino amarillo y los errores que antes cometían ellos, ahora se han convertido en errores del rival. Todo provocado por la presión trabajada que lleva a cabo el Sevilla para forzar el traspiés. También pudo verse ante el United en el Sánchez-Pizjuán, cuando los locales sacaron tajada de la mayor debilidad del eje de la zaga red con el primer tanto de En-Nesyri y también en el gol anulado de Ocampos. A esa presión sobre la salida de pelota del contrario se suma la velocidad en las ejecuciones. Ataques rápidos y, ante todo, que acaben en centros. Para ello, está buscando la mejor versión de Ocampos, Jesús Navas o Lamela para ejecutar ese fútbol de transición y que combinado con un rematador de la envergadura de En-Nesyri está dando grandes resultados. En el contador blanquirrojo se han sumado 13 goles en seis encuentros, y lo más llamativo de todo es que cinco de estas dianas han sido de córner. Antes de la llegada de Mendilibar, el Sevilla había marcado dos goles tras saque de esquina en 26 jornadas. En su estreno en el banquillo en el Nuevo Mirandilla, 0-2 y los tres primeros puntos fueron fruto de un gol de córner y otro tras falta. El primero, botado desde la izquierda, rechaza David Gil y Ocampos remata a portería. El segundo, de En-Nesyri tras falta. Bryan Gil pinchó el balón tras un pase espectacular de Badé dejándosela al marroquí.
Ante el Celta, de nuevo En-Nesyri peinó de forma espectacular tras un córner medido al primer palo. Frente al Valencia fue Badé, el cual aprovechó el caos tras un saque de esquina para acabar empujando el balón al fondo de la portería. Por último, ante el Villarreal, volvió a mojar En-Nesyri con uno de sus saltos estratosféricos y cabeceó un gran córner puesto por Rakitic. El quinto en discordia fue el gol de córner del Sevilla en Europa League, de nuevo con Badé como protagonista.
«¿Para qué vamos a hacer una jugada maravillosa de cuatro toques si luego no la podemos poner allí?»