Guaidó expresa su preocupación por la familia que deja en Caracas
▶ El expresidente interino de Venezuela llegó a Miami tras las amenazas de expulsión de Colombia
Con una mochila al hombro y una barba rala, el expresidente interino Juan Guaidó llegó ayer solo al aeropuerto de Miami tras tomar un vuelo desde Bogotá, donde fue amenazado con la deportación y/o expulsión por parte del Gobierno de Gustavo Petro, después de entrar en Colombia el lunes por sorpresa.
El motivo de la visita del expresidente interino de Venezuela al país vecino era el de «escuchar a las partes», según declaró él mismo, en los debates se celebrarán en la Cumbre Internacional sobre la crisis de Venezuela, convocada por el presidente Petro. El encuentro, que comenzó ayer y al que asisten delegaciones de 20 países, tiene como objetivo intentar reanudar el diálogo entre el Gobierno venezolano y la oposición.
La inesperada llegada del líder opositor no fue bien recibida por el canciller de Colombia, Álvaro Leyva, quien mostró un tono hostil en sus declaraciones: «No se sabe dónde está Guaidó. No es que quiera participar, no está invitado (a la Cumbre de Bogotá)… Si no aparece, corre riesgos, porque entró de forma inapropiada y en Colombia cumplimos las leyes».
La llegada de Guaidó respondía, según indicó el propio opositor, a una invitación realizada por el canciller colombiano previamente, pues había declarado en un vídeo que todos los dirigentes venezolanos opositores que pudieran «venir a Bogotá, que vayan a la conferencia internacional».
Una vez en Bogotá, se enteró de las amenazas de Leyva. «En Colombia se siente la persecución contra mi persona», afirmó Guaidó, quien reconoció, sin embargo, que en el aeropuerto de la capital las autoridades migratorias fueron «muy respetuosas, me trataron bien», y no le agredieron ni le obstaculizaron su viaje hacia EE.UU., declaró a varios medios a su llegada al aeropuerto de Miami.
Hay diversas versiones sobre el comportamiento del Gobierno colombiano. Según la revista ‘Semana’, habría facilitado la salida de Guaidó a los Estados Unidos. Ninguna fuente de la Cancillería ha confirmado este punto.
La agencia ‘Bloomberg’ señaló, por su parte, que Petro, que no planeaba dar la bienvenida públicamente a Guaidó,
había estado al tanto de sus planes de huir a Colombia durante aproximadamente dos semanas. El expresidente interino ha prometido explicar los motivos de su salida de Venezuela.
Desde que fue defenestrado de la presidencia interina el 5 de enero pasado, por sus propios aliados de la oposición, Guaidó ha vivido bajo el acoso constantes del Gobierno de Nicolás Maduro. En las últimas semanas las informaciones de que el régimen preparaba su detención se intensificaron. «Amenazaron directamente a mi familia, mi mujer Fabiola, y a mi equipo de trabajo. Hubo de todo, estoy preocupado, mi familia está a resguardo, pero los riesgos contra su integridad física siguen ahí latentes», denunció ayer en suelo estadounidense.
Guaidó permanecerá con su familia (hermanos y madres) en Miami; y entre sus planes estaría el de realizar una gira internacional para buscar el apoyo de los países para la causa de la libertad y las elecciones en Venezuela.
Reanudar el diálogo
En la conferencia internacional sobre la crisis de Venezuela, que dio comienzo ayer, participan representantes de una veintena de países –entre ellos, varios asesores del Gobierno de Biden–, a los que se suma la presencia del alto representante de la UE para Asuntos Exteriores, Josep Borell. El anfitrión, Gustavo Petro, persigue con esta cumbre alcanzar un acuerdo para reanudar la mesa de negociación entre el Gobierno de Venezuela y la oposición, que fue suspendida hace unos seis meses. En su reunión con miembros de la oposición el pasado sábado, el presidente colombiano afirmó que esperaba que este encuentro pudiera ayudar a establecer las fechas para las elecciones presidenciales del próximo año. También preguntó por los presos políticos.
Sin embargo, en vísperas de la cumbre, el régimen de Maduro ha vuelto a poner en duda su voluntad de diálogo con la oposición al imponer nuevas condiciones para sentarse a negociar nuevamente. En primer lugar, exige la liberación de su presunto testaferro, Alex Saab, enjuiciado en Miami por cargos de corrupción y lavado de dinero, así como la eliminación de las 720 sanciones que pesan contra el régimen chavista. También ha condicionado la negociación «a la suspensión de la investigación en la Corte Penal Internacional por crímenes de lesa humanidad».
El líder opositor planea realizar una gira internacional para buscar apoyos para la causa de la libertad en Venezuela