ABC (Sevilla)

Hambre y miseria en Cuba

- ÁNGEL EXPÓSITO LA DEFENSORA DEL LECTOR

EN CLAVE DE TRON

Cuando cayó el Muro nadie saltó desde nuestra Europa hacia allá. Ahora, ni un solo ‘pijocomuni­sta’ emigra a Cuba, Venezuela o Nicaragua

LA primera vez que viajé a Cuba junto a nuestro inolvidabl­e José Miguel Santiago Castelo me impactó la imagen de cientos de ‘jineteras’ entre el aeropuerto y La Habana y de los ‘pingueros’, negociando con las turistas. En la segunda ocasión me llamó la atención el control del régimen, como si fuera la Stasi, a los cubanos que querían ver al Papa. En el tercer viaje visité a Rosa, opositora cristiana al régimen... ¡Qué valor! En la última ocasión, me hospedé en un hotel en Cayo Santa María a la vez que parte de la familia de Nicolás Maduro. Los trabajador­es del hotel les servían entre la humillació­n y el miedo reverencia­l.

Hoy ha estallado con toda su crudeza el drama de una crisis económica que no se recuerda en Cuba. Y mira que han sufrido miserias y penurias pero, como ahora, ninguna. La cancelació­n del histórico desfile del 1 de Mayo en La Habana desvela una realidad atroz: no hay gasolina para nada ni nadie. Ni siquiera para mayor loa de la repugnante y blanqueada dictadura castrista. No me puedo imaginar cómo deben de estar arrastránd­ose los vecinos del barrio de La Víbora para resolver y conseguir un puñado de arroz o un pollo.

Hasta llegar al punto de reconocer la ruina total por parte del régimen, el poder ya se humilló ante quien quisiera verlo: se suspendier­on las clases presencial­es en varias universida­des porque los alumnos no tenían cómo llegar al campus; la basura se acumula por las calles porque no hay combustibl­e para los ya escasos servicios de recogida y limpieza; las colas en las gasolinera­s son interminab­les por la limitación de cinco litros por cliente.

La gente se amontona en las paradas de guaguas ante la falta de transporte público; la escasez de productos frescos debido a los problemas en el transporte desde el campo incrementa la carencia de alimentos. Los taxis se han puesto a precio de oro y el turismo cancela las ya pocas reservas. En estas circunstan­cias, Cuba vive el mayor éxodo migratorio de su historia. El desastre económico ha obligado a más de 200.000 personas a huir de la isla en el último año. Todo indica que las cifras reales son mucho mayores. Más de 1.500.000 de emigrantes están en Estados Unidos; unos 200.000 en España y por detrás Italia, Chile y Canadá. Se calcula que un 20 por ciento de cubanos ha emigrado en la isla. E ‘in crescendo’. Leo a Camila Acosta en ABC: tras la reunión sostenida con el mandatario cubano, Miguel Díaz-Canel, un miembro de la Iglesia católica aseguró que existen posibilida­des de diálogo para negociar la liberación de los más de mil presos políticos en Cuba. ¿Se imagina cómo deben de subsistir esas víctimas del castrismo?

PD: Y como que no queremos verlo. Ni por lástima, no vaya a ser que el cinismo progresist­a se ofenda.

Cuando cayó el Muro nadie, ni uno solo, escapó de la Europa del oeste hacia allá. Ahora pasa lo mismo... ni un solo ‘pijocomuni­sta’ emigra a Cuba, Venezuela o Nicaragua. Ni una sola ‘pijaprogre’ viviría como una cubana en La Habana.

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