ABC (Sevilla)

Acaba la Feria del calor, de los horarios tardíos y precios por las nubes

▸Cincuenta años después del traslado a Los Remedios, la fiesta ha estado marcada por las altas temperatur­as y por la llegada masiva de turistas

- MERCEDES BENÍTEZ LAS CIFRAS DE UNA SEMANA DE FIESTA

La fiesta terminó. Después de siete días se acaba la Feria de 2023, una celebració­n que ha transcurri­do plena en abril y en la que el calor casi de verano, con temperatur­as que alcanzaron en algunas jornadas casi los 40 grados han sido la nota dominante de una fiesta sin incidencia­s de gravedad (más allá del incendio de las cuadras). Eso y la gran afluencia de público que ha superado las expectativ­as con los hoteles al 90 por ciento en el segundo fin de semana que coincidía con el inicio del puente del 1 de mayo.

De hecho, ese calor fue in crescendo desde la iluminació­n y alcanzó picos insoportab­les el jueves cuando el real parecía un desierto. Unas temperatur­as que obligaron a poner en marcha medidas extraordin­arias como el reparto de vasos de agua por parte de Emasesa. En varias esquinas de la Feria se distribuía­n para evitar la deshidrata­ción y más de una lipotimia.

Y un calor que también está provocando un cambio de hábitos y de horarios. Si hace algún tiempo (cuando los tiempos del Prado) el público iba a las 12 y de ahí se quedó la denominaci­ón de «mañanita de Feria». Luego ese horario se pospuso y se pasó a empezar a acudir a las tres de la tarde, a comer a las casetas. Este año las temperatur­as han provocado que el horario se retrase más ya que había que echarle valor para entrar en el real a la luz del sol, cuando más apretaba el calor. Por ello la animación llegaba cada vez más tarde. Hasta las siete o las ocho no empezaba a llenarse el real.

Y eso también ha servido para evitar el gasto de una comida en las casetas. Porque con la inflación por las nubes ha sido también la Feria más cara. El cálculo que hacían los caseteros era de que la subida de los precios estaría en torno al 30 por ciento. Y así ha sido. La jarra de rebujito costaba 12 euros (en 2022 eran 11), el cubata estaba cerca de los 7 euros y el plato de jamón de bellota entre 22 y 23 euros. Todo más caro que nunca.

El calor también condicionó la afluencia a partir del jueves, el día en que empezó a bajar la animación y que empezó la huida de muchos hacia las playas. El viernes ya había casetas casi vacías mientras el real estaba «tomado» por turistas y visitantes. Pero ha sido también la Feria en la que ha vuelto el debate de si debe seguir el modelo actual, comenzando el domingo a las 00 horas y terminando el sábado, que abarca dos fines de semana y que supone siete días. O por el contrario se vuelve como sugieren algunos al formato anterior que consistía en empezar el martes, con el pescaito el lunes por la noche. Era el modelo que había hasta 2016 que implicaba seis días de fiesta y que el entonces alcalde, el socialista Juan Espadas, cambió en 2017 tras una consulta popular.

«Son muchos días, es una Feria muy larga y debemos volver al formato del lunes», dice Antonio Barrero, presidente de la Asociación de Titulares de Casetas de Feria, Atica. Es de los que opina que este modelo «se está cargando la fiesta» y que la Feria «nunca ha sido una fiesta para turistas sino para los sevillanos y sus invitados».

La Feria también ha sido la de la celebració­n de los cincuenta años del traslado a Los Remedios. Un aniver

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