Sánchez deja atrás los mayores apuros legislativos tras vivienda y el ‘sí es sí’
▸ El presidente encara un final de mandato sin la incertidumbre de las principales leyes de la coalición Reforma laboral, la votación más agónica Se aprueba la ley de Vivienda
El pasado jueves, Pedro Sánchez salió del pleno del Congreso que acababa de aprobar la ley de Vivienda directamente hacia el micrófono habilitado en el patio de la Cámara Baja, donde proclamó que la norma recién salida del horno parlamentario (a la que solo espera ahora el trámite de ratificarse en el Senado) es uno de los «hitos» de la legislatura y aun, afirmó, «de la democracia». Hipérboles aparte, lo cierto es que el presidente del Gobierno –que acto seguido, y sin aceptar pregunta alguna de la prensa, se subió al coche oficial– pudo respirar aliviado en ese momento por un hecho incuestionable: el calvario legislativo de una legislatura, valga la redundancia, marcada por la precaria mayoría del Ejecutivo de coalición entre PSOE y Unidas Podemos y los apuros en muchas e importantes votaciones parlamentarias, había terminado. O si se prefiere el símil ciclista, Sánchez acababa de coronar en ese instante la última etapa de montaña de su mandato, y lo que queda por delante (siempre en términos puramente legislativos, otro asunto es el de la batalla electoral con Alberto Núñez Feijóo) son etapas de llano o trámite antes de la reválida de las elecciones generales a final de año.
Un pacto agotado
Y esta circunstancia tiene otra lectura importante para el socio de coalición, Podemos, consciente ya de que poco puede hacerse valer en el tramo final de la legislatura, dado que el pacto de coalición suscrito después de las elecciones generales de noviembre de 2019 entre el entonces líder morado, Pablo Iglesias, y el propio Sánchez está ya prácticamente agotado. Tanto en el capítulo del haber como en el del debe. En el primero, junto a la mencionada norma de vivienda, pactada con ERC y EH Bildu, cabe inscribir la reforma laboral, el proyecto estrella de la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, que a punto estuvo de descarrilar en febrero de 2022, con el célebre fallo del exdiputado del Partido Popular (PP) Alberto Casero, y precisamente la oposición de los de Gabriel Rufián y los batasunos.
La votación más agónica de la legislatura y seguramente la que más cosas pudo cambiar se produjo el 3 de febrero de 2022. Solo un error de un diputado del PP libró a Sánchez y a Yolanda Díaz de un severo correctivo.
El pasado jueves, Pedro Sánchez pudo respirar tranquilo tras aprobar con ERC y EH Bildu la ley de vivienda, una de las principales reformas pactadas en el acuerdo de coalición con Unidas Podemos. Sánchez lo definió como uno de los principales «hitos» de la legislatura e, incluso, «de la democracia».
Y a ese inventario de leyes de renombre se podría añadir la Ley de Garantía Integral de la Libertad Sexual, conocida popularmente como la del ‘solo sí es sí’, siempre y cuando no acabase de ser reformada con el imprescindible concurso del PP y la furibunda oposición de Podemos y los aliados parlamentarios de izquierdas, después de la rebaja de condena a un millar de delincuentes sexuales. La votación definitiva de