Nuevo Frente Popular

POSTALES

Los empresarios son hoy la base de la riqueza de un país

EL Frankenstein muestra varias fracturas para la guerra, más que batalla electoral, pues se librará en dos fases, unas primarias en alcaldías y comunidades a finales de mayo, y las generales ya con el año a punto de vencer. El objetivo es el mismo: salvar a Pedro Sánchez, mantenerlo en la Moncloa, taponando las grietas en los puntos débiles y atacando allí donde se sienten fuertes. Cueste lo que cueste. Usando todas las armas y argucias que se necesiten, sin respetar normas ni principios. Para ello necesitan cerrar filas y buscarse un enemigo fácil de localizar y disparar. A los ya tradicionales, Vox y el PP, se unen los empresarios, los patronos, sin hacer distinciones entre ellos, grandes y pequeños, bancos e inmobiliarias, constructoras y dueños de unos pocos pisos. Fulminándolos con los peores adjetivos: explotadores, codiciosos, egoístas, sin entrañas. Se les exige subir los salarios en general, sin hacer distinciones entre las grandes empresas y las que apenas sobreviven, entre los que pueden hacer vacaciones y los que apenas llegan a fin de mes. Entre funcionarios y autónomos. En realidad, es un ataque general a la clase media, la que había logrado alcanzar una posición a base de esfuerzo y sacrificio, cuando es la que paga los impuestos, para los de arriba, y no hablemos de los que manejan la pasta, y los de abajo, que encuentran la forma de lo que el maestro Campmany llamaba «el pesebre». Con los sindicatos al frente de la manifestación, como ocurrió el 1 de Mayo.

Porque me atrevo a decir algo que a muchos y muchas parecerá sacrílego: los actuales grandes sindicatos se parecen cada vez más a los ‘verticales’, con una élite que no da golpe y se adapta a las consignas de la izquierda cuando gobierna, para oponerse a las de la derecha cuando está en el poder. Y así no puede gobernarse ni progresarse. Los empresarios son hoy la base de la riqueza de un país. Cuantos más haya, más puestos de trabajo, más estabilidad y riqueza habrá. En realidad, son «los héroes de nuestro tiempo», como los llamó George Gilder en su libro ‘Wealth and Poverty’, ya que creen en el futuro, en el trabajo, en la invención y en el comercio. Justo lo contrario de lo que piensan los partidarios del ‘Estado providencia’, que destruye la iniciativa personal y pone la economía en manos de unos burócratas que lo primero que buscan es su propio beneficio, como ha ocurrido en todas las economías intervenidas. «Creo que son indispensables unos seguros, como son los de paro y enfermedad –escribe–. Pero cuando se extiende a todo puede paralizar el mecanismo de la supervivencia del hombre y la sociedad. A partir de un punto, nadie tiene interés en hacer, producir, arriesgar, seguir adelante.»

Son palabras que más de uno o una considerará blasfemas. Pero oigan los mítines y lean las pancartas de las manifestaciones de este 1 de Mayo y se darán cuanta de que es el programa electoral del nuevo Frente Popular, avalado por las ministras que acudieron a las manifestaciones y respaldado por el presidente, sin dar la cara, como acostumbra. Váyanse acostumbrando porque lo van a oír y ver de aquí a fines de año. El símbolo: un empresario colgado.