El Lope de Vega reabre sus puertas el viernes tras arreglarse el telón cortafuegos
UN MES SIN PROGRAMACIÓN
Tras permanecer un más de un mes cerrado y el parón de Feria reabre sus puertas el Teatro Lope de Vega, que había tenido que suspender la programación por una seria avería en el telón cortafuego que ya ha sido subsanada. La reapertura será el próximo viernes 5 de mayo con la obra de la bailaora Paula Comitre titulada ‘Alegorías. (El límite de sus mapas)’, que pone en escena en colaboración con la bailarina Lorena Nogal.
El coliseo municipal había cerrado sus puertas a finales de marzo teniéndose que trasladar el pregón taurino al Teatro de la Maestranza. La primera obra afectada por este cierre fue la obra ‘Las bingueras’ de las Niñas de Cádiz, que finalmente ha quedado aplazada hasta el 8 y el 9 de junio. Asimismo, la avería afectó a las funciones de la obra ‘Les vieux’, de Teatro del Velador dirigida por Juan Dolores Caballero, que se ha pospuesto hasta el próximo 6 de junio. Sin embargo, ha habido un estreno que se ha cancelado definitivamente al no poder encontrarse nuevas fechas, y ha sido la obra ‘Los pálidos’, del Centro Dramático Nacional, prevista los días 15 y 16 de abril.
Estreno en la Bienal
La obra ‘Alegorías’, de la bailaora Paula Comitre, fue estrenada el pasado 19 de septiembre en el Teatro Central dentro de la programación de la Bienal de Flamenco de Sevilla. Comitre (Sevilla, 1994) se formó en el Conservatorio de Danza de Antonio Ruiz Soler y luego en el desaparecido Centro Andaluz de Danza. Audicionó y consiguió una plaza para el cuerpo de baile del Ballet Flamenco de Andalucía bajo la dirección de Rafaela Carrasco, compañía que por cierto recibió en ese momento el Giraldillo al Mejor Cuerpo de Baile en la XVIX Bienal de Flamenco.
‘Alegorías’ es su primera colaboración con la bailarina catalana Lorena Nogal, formada en el Institut del Teatre de Barcelona y bailarina de la compañía It Dansa. Desde hace diez años forma parte del equipo artístico de La Veronal, trabajando junto a Marcos Morau como asistente en la coreografía y bailarina.
En esta propuesta ambas bailarinas comparten escenario, pero cada una en su estética dancística. Es como una lucha que se construye entre dos, una coreografía de tensiones entre los dos hemisferios de una misma entidad que se muestra en su total complejidad, para reafirmar o reinventar su valor útil, a través de la cooperación de los opuestos.