ABC (Sevilla)

Tavares y Goss resucitan a los blancos 80 82

▸ Sacan a relucir el carácter, para ganar en Belgrado y seguir con vida en cuartos de final

- P. LODEIRO

Venía envuelto el partido por la pelea del pasado jueves que, además del bochorno general, había dejado tocados a ambos equipos. No podían jugar Punter ni Lessort en los serbios y Chus Mateo tenía las bajas de Yabusele y Deck. Ausencias importante­s que se notaron de inicio. Resultaba complicado abstraerse del ambiente y pensar solo en lo deportivo y al Madrid le costó muchos minutos hacerlo. Madar y Smailagic, dos de los secundario­s de Obradovic, asumieron los galones en esos instantes iniciales para castigar la indolencia de los blancos.

El parcial se alargó durante casi tres minutos de sequía visitante (12-0). Tres minutos de zarandeo del Partizan, que volaba por la cancha para alborozo de sus aficionado­s. El Madrid era un flan que no acertaba ni a tirar a canasta hasta que la entrada de Rudy Fernández y Sergio Rodríguez le cambió la cara. Los dos veteranos, curtidos en mil batallas, bajaron al barro y le mostraron el camino a sus compañeros. Fue una remontada tranquila, pero que mitigó los daños al descanso, al que se llegó con una ventaja mínima de los serbios (48-45).

Antes, el Partizan había estado a punto de romper el choque, con parciales demoledore­s que le llegaron a poner hasta quince arriba al final del primer cuarto. La presencia de Tavares –imprescind­ible el caboverdia­no aun estando físicament­e tocado– resultaba un enigma indescifra­ble hasta para Obradovic, incapaz de frenar al gigante madridista. Sin Lessort, sancionado por la pelea, no tenía antídoto el técnico y eso lo aprovechó el Madrid para ir recortando la diferencia y para ganar en confianza.

En el buen partido de Tavares tuvo mucho que ver Sergio Rodríguez, despreciad­o en ocasiones por Chus Mateo y salvador en ese segundo cuarto en el que las cosas empezaron a funcionar para los blancos. De su asociación nació el parcial que calmó las cosas camino del descanso.

No cambió el panorama tras el paso por los vestuarios, pues continuó el Madrid con su versión combativa y poderosa. Asentado en una defensa zonal que atascó a un Partizan ávido de talento. Sin Punter, solo Nunnally y Leday parecían con arrojo suficiente para plantar cara a los blancos, que consumaron su remontada mediado el tercer cuarto (53-54, min. 24), con un Williams-Goss ya por entonces imperial, en ataque y en defensa. El duelo navegó igualado porque Exum y Nunnaly mantuviero­n a flote al Partizan y porque Musa volvió a naufragar en un partido grande (77-77, min. 40). Todo quedó pendiente del último minuto en el que Tavares y Goss con un triple estratosfé­rico alargaron la vida del Madrid, que aún sueña con la Final Four.

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Musa intenta entrar a canasta ante la defensa del Partizan // AFP

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